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### 🜂 El Mapa Interior
El guantelete del Fénix no es solo un arma. Es una **llave.**
Cada vez que Caelan entra en contacto con una gran fuente elemental —una tormenta intensa, una erupción volcánica, una concentración espiritual— el guantelete **reacciona**, mostrándole breves visiones, como fogonazos de lo que fue.
En su sueño más reciente, vio un campo congelado, donde una espada negra clavada en el hielo ardía con fuego inverso. Al despertar, **el guantelete apuntaba al norte.**
> —El Bastión de Eira Velkan —murmura Naelrin, cuando Caelan le muestra un boceto.
> —Nadie ha entrado en esas ruinas desde la Última Era de Fragmentación.
> —Perfecto —responde Caelan con una sonrisa seca.
> —Allí estará mi siguiente pedazo.
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### ❄️ El Bastión de Hielo
El viaje al norte es brutal. La temperatura cae más allá de lo soportable. Incluso Tahr’vel **se resguarda**, envuelto en fuego interno para no cristalizarse.
La antigua fortaleza de Eira Velkan es una prisión de hielo negro. Las torres están dobladas por el peso del viento. Y en el centro del patio congelado, **allí está la espada.**
Pero no está sola.
Custodiándola, hay un **hombre congelado en pie**, con una armadura parcial que **complementa la del guantelete**.
Caelan lo reconoce. Aunque nunca lo ha visto.
> —Eres yo —susurra.
Y entonces, el hielo **se rompe.**
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### ⚔️ Combate con el Recuerdo
La figura no habla. Pero ataca con furia elemental. Cada golpe trae consigo ecos de batallas antiguas: lava que brota del suelo, fuego negro que responde al guantelete de Caelan **como si dudara a quién obedecer.**
El combate no es físico.
**Es una prueba del alma.**
Cada impacto hace a Caelan recordar: un nombre, una batalla, una traición.
> —¡¿Por qué destruimos todo lo que tocamos?! —grita mientras esquiva una ráfaga de fuego inverso.
La figura se detiene.
Por un momento, el fuego en sus ojos se apaga.
Y entonces, simplemente… desaparece.
Caelan se arrodilla frente a la espada, que ahora **lo reconoce.**
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### 🔥 El Corazón Ardiente
Al tomarla, un segundo fragmento de su armadura aparece: **el pectoral del Fénix**.
Al unirlo con el guantelete, su cuerpo vibra. La temperatura sube, el hielo se derrite a su alrededor y su dominio se **expande brevemente más allá de su control.**
> —Has desbloqueado una parte más profunda del Dominio Ígneo:
> **La Llama del Vínculo.**
Ahora puede combinar su fuego con el de otros seres vinculados a él. Tahr'vel siente la conexión multiplicarse.
> —Ahora entiendes...
> **No luchabas solo. Nunca lo hiciste.**
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### 🌪️ Pero lejos de allí...
En la cumbre de una torre desconocida, otra figura observa a través de un cristal negro.
Un hombre joven, con cabello plateado y ojos dorados. Un anillo del Concilio brilla en su dedo… pero no pertenece a ellos.
> —El Fénix está reuniendo su plumaje.
> Aceleraremos nuestro despertar también.
Y detrás de él, **cinco esferas flotan en silencio**, cada una latiendo con poder… cada una un fragmento de otro ser olvidado.
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**FIN DEL CAPÍTULO 32 — Fragmentos del Yo Olvidado**