CAPÍTULO 13

En ese momento Valentina respiró profundamente, tratando de alejar la frustración que sentía por su ropa. Nunca le había importado mucho la moda, pero ahora, de pie frente a su armario lleno de prendas largas y ocultadoras que alguna vez necesitó, sabía que ya no podía usarlas.

Necesitaba ropa nueva—prendas que reflejaran a la mujer que era ahora, no a la que solía ser.

Su primer pensamiento fue usar el dinero que había estado ahorrando en secreto, el mismo dinero que una vez pretendió darle a Raymond y él rechazó.

Pero ya había presupuestado ese dinero para otra cosa, algo importante.

Eso la dejaba con una sola opción.

Con otra respiración profunda, salió de su habitación y se dirigió hacia la oficina de Raymond.

Al llegar a su puerta, dudó por un segundo antes de levantar la mano y golpear suavemente. Antes de que pudiera golpear una segunda vez, la puerta se abrió de golpe, y Raymond estaba allí, mirándola con una expresión tranquila y conocedora.