CAPÍTULO 14

Al escuchar lo que Valentina acababa de decir.

Los labios de Raymond se curvaron en una pequeña sonrisa, sus ojos carmesí llenos de diversión.

—Mi esposa no se conformaría con menos —dijo suavemente—. Por eso te traje aquí.

Valentina, sin embargo, no compartía su diversión. Se movió incómoda, sus manos agarrando los bordes de su bufanda. Esto no se trataba solo del precio de la ropa—se trataba de su futuro. Ella quería proteger a Raymond en todos los sentidos posibles. Él no provenía de ninguna de las familias importantes que ella había conocido durante su crecimiento, y no quería que gastara dinero tan descuidadamente, especialmente en cosas que no eran necesarias.

Tenían un futuro que construir, un nombre que forjar.

Ella quería que fueran ellos de quienes la gente de la ciudad hablara—no por su riqueza, sino por lo que habían logrado juntos.

Tomando un respiro profundo, negó con la cabeza.