CAPÍTULO 15

Al escuchar la voz, Raymond se dio la vuelta, su expresión tranquila pero indescifrable.

Frente a él había un rostro familiar: uno de los tíos de Valentina. Reconoció al hombre del día en que había ido a la mansión Callum para casarse con Valentina. A diferencia de los otros que habían mostrado abiertamente desdén o falsa lástima, este hombre había permanecido callado, simplemente observando y sonriendo durante todo el proceso.

Los ojos carmesí de Raymond se mantuvieron firmes mientras encontraba la mirada del hombre mayor.

—¿Puedo ayudarte? —preguntó con suavidad, su tono desprovisto de cualquier calidez pero no abiertamente hostil.

El tío de Valentina dejó escapar una breve risa, sacudiendo la cabeza.

—No sabía que eras tan listo —dijo, su voz goteando diversión.

En ese momento Raymond levantó una ceja pero permaneció en silencio, dejando que el hombre continuara.