CAPÍTULO 51

La audacia en sus palabras envió una onda de choque por toda la habitación.

Los ojos de su madrastra se agrandaron, la boca de Chloe se abrió ligeramente, Bernard apretó su agarre en la silla, e incluso su padre —tan acostumbrado a controlar todo sobre Valentina— se quedó momentáneamente sin palabras.

Esperaban que ella fuera débil.

Esperaban que agachara la cabeza como siempre lo había hecho, que aceptara su voluntad sin luchar.

Pero en cambio, ella los había desafiado a todos.

Y por primera vez en mucho tiempo... no sabían qué decir.

Entonces la mirada del padre de Valentina se posó en Raymond, sin que se lo dijeran podía notar que era Raymond quien debía haberla manipulado, no podía creer que en tan poco tiempo de estar en su vida, y de repente Valentina ahora les contestara.

Era algo inaudito.

La habitación zumbaba con incredulidad, las miradas saltando entre Valentina y los papeles de divorcio esparcidos en el suelo.