CAPÍTULO 49

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El sol de la mañana apenas se había asentado en el cielo cuando Raymond y Valentina salieron del coche, su presencia inmediatamente captando la atención al entrar en la mansión de los Callum.

El gran vestíbulo de entrada era tal como Valentina lo recordaba—frío, imponente y lleno de personas que una vez le dieron la espalda.

Su padre estaba sentado a la cabecera de la sala, vestido con un traje impecable, su expresión indescifrable. A su lado estaba su madrastra, María, una mujer que siempre se comportaba con arrogancia orgullosa, su mirada afilada estrechándose en el momento en que Valentina entró. Y luego estaba su media hermana, Chloe, vestida con un elegante vestido, su rostro transformándose en algo entre shock y resentimiento.

Pero lo que realmente captó la atención de Valentina fue el hombre sentado en el sofá de cuero.

Un extraño—al menos, para Raymond. Pero no para ella.