CAPÍTULO 74

Al mencionar a GSK, la atmósfera en la habitación cambió.

El padre de Raymond se inclinó ligeramente hacia adelante, su interés ahora completamente despertado. GSK no era cualquier corporación. Era una potencia, controlando numerosas industrias, y conseguir un acuerdo con incluso una de sus firmas de inversión significaba influencia, recursos y beneficios a largo plazo.

Sin embargo, la llamada empresa pertenece a Raymond.

Sin embargo, él sabe que necesitaba fingir como si estuviera sorprendido.

Valentina notó el cambio y continuó.

—Sé cómo hacer que suceda. Solo necesito la oportunidad de demostrarlo. Dame la oportunidad, y lo traeré a tu empresa en su lugar.

Raymond, que había estado callado todo este tiempo, finalmente habló. Su voz era tranquila pero firme. —Ella puede hacerlo —dijo simplemente, con una confianza inquebrantable en sus palabras.

Su padre permaneció en silencio por un largo momento antes de exhalar lentamente, sus ojos afilados aún fijos en Valentina.