En ese momento, Liam exhaló lentamente, sintiendo el peso de todas las miradas sobre él.
Sin que se lo dijeran, sabía que María estaba marcando la pauta. Se estaba asegurando de que todos en la habitación entendieran la jerarquía—quién estaba realmente en la cima y quién debía permanecer por debajo.
Y en ese momento, Chloe finalmente apartó su mirada de Raymond.
Sus labios se curvaron en una sonrisa burlona mientras cruzaba los brazos y observaba.
Sabía exactamente lo que su madre estaba haciendo.
Y quería ver cómo reaccionaría Raymond ante ello.
Los músculos de Liam se tensaron en el momento en que Chloe se inclinó hacia él, deslizando su brazo alrededor del suyo y presionándose contra él de una manera que dejaba claro—estaba haciendo una declaración.
Su sonrisa era suave, incluso dulce, pero había algo más debajo. Una insistencia silenciosa. Un desafío callado.