CAPÍTULO 82

Escuchando lo que María acababa de decir.

La vendedora dudó, apretando los labios pensativa. En el fondo, no podía ignorar la posibilidad de que María y Chloe tuvieran razón —tal vez estos dos no pertenecían aquí. Pero al mismo tiempo, habían entrado por la entrada VIP. Eso no era algo que cualquiera pudiera hacer.

Tenían la tarjeta. Eso por sí solo significaba que tenían la capacidad de comprar vehículos de alta gama.

Aun así, la manera en que María y Chloe se comportaban, la pura fuerza de sus palabras, la hizo dudar de sí misma. Tal vez estas personas no eran realmente adineradas, sino que simplemente estaban jugando, tratando de mantener las apariencias.

En ese momento María notó el destello de duda en el rostro de la vendedora y sonrió con suficiencia.