CAPÍTULO 151

En ese momento Chloe no podía moverse. Ni siquiera podía parpadear.

Se quedó allí como una estatua. Ni una palabra salió de su boca. Sus manos permanecieron congeladas junto a su cuerpo.

Victoria tampoco dijo nada. Ni siquiera se atrevió a levantar la mirada.

Todo el lugar quedó en silencio por un momento, como si todos todavía estuvieran tratando de entender lo que acababan de ver.

Valentina permaneció inmóvil, con los ojos fijos en la tarjeta dorada en su mano. Se sentía irreal. Tanta gente inclinándose. Tanto respeto. Y todo para ella.

Miró a su alrededor lentamente. Todos estaban observando.

Ya podía escuchar los susurros en su cabeza: «¿Viste eso?» «¿Quién es ella realmente?» «¿De dónde vino?»

Sin que se lo dijeran, sabía que su nombre iba a estar en todas partes ahora. Los blogs. Los videos. Las fotos.

Ella no quería eso. No le gustaba demasiado ruido.

Así que, en silencio, se volvió hacia Raymond y susurró:

—Vámonos.