Valentina salió del baño, con un vendaje fresco envuelto suavemente alrededor de su muñeca. La tensión había disminuido un poco, y Raymond había insistido en que se detuvieran para recibir tratamiento antes de ir a casa. Ahora, finalmente de vuelta en su sala de estar, se acurrucó en el sofá junto a él, cansada pero reconfortada por su tranquila presencia.
En ese momento su teléfono vibró.
Ella lo alcanzó sin pensar, desbloqueando la pantalla.
Y de inmediato se quedó paralizada.
Sus ojos se agrandaron mientras miraba el titular:
"Grupo Sebastián Declara Bancarrota — Activos Congelados, Empresa Liquidada."
Valentina se incorporó de inmediato.
—¿Qué?
Raymond se volvió hacia ella, alerta.
—¿Qué pasa?
Ella no habló por un segundo, solo le entregó el teléfono.
—La empresa familiar de Sebastián... han quebrado. Liquidada.
Raymond miró la pantalla, manteniendo su expresión neutral.
De nuevo Valentina se volvió hacia él, con las cejas fuertemente fruncidas.