Capítulo 189

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Si ella plantaba esa semilla en la mente de Damien, María sabía exactamente lo que sucedería.

La amargura que Damien ya albergaba se encendería en pura rabia.

Una rabia lo suficientemente fuerte como para hacerle querer aplastar a Valentina por completo.

Destruirla con sus propias manos, sin que María tuviera que mover un dedo.

En ese momento, la respiración de María se volvió más estable, el pánico desvaneciéndose de su pecho. «Sí», pensó oscuramente, esto es.

Si podía lograr esto...

No solo se vengaría de Valentina.

Desataría algo sobre ella que incluso Raymond podría no ver venir.

El corazón de María latía más rápido con cada segundo mientras armaba el plan en su mente.

«Sí», pensó firmemente de nuevo, esto va a funcionar. Tiene que funcionar.

No necesitaba hacer mucho.

Todo lo que tenía que hacer era canalizar la ira de Damien adecuadamente—dirigirla directamente hacia Valentina como un arma cargada.