Melanie regresó a casa con un humor sorprendentemente bueno, completamente opuesto a cómo había salido esta mañana.
Había sido un día productivo donde todo parecía encajar perfectamente, lo que por supuesto ayudó a su estado de ánimo.
El banco finalmente había aprobado su préstamo, dándole los fondos que desesperadamente necesitaba para estabilizar las cosas. Había logrado concertar una reunión con Peter, quien podría ayudarla a dar un giro a LuxeArt y, como cereza del pastel, había vendido todo el llamado 'arte' que Madam Collins había exhibido orgullosamente en la sala de exposición. ¡Eso había sido realmente una molestia visual!
Melanie se estremeció ante ese pensamiento, pero luego entró en la casa con ligereza en su paso.