«Pero te prometeré una cosa... El único asesinato por el que cumpliré condena será... el tuyo.»
La amenaza logró hacer palidecer a Spencer, pero al momento siguiente se recuperó y en cambio le dio una sonrisa mientras avanzaba y decía:
—Sabes, Mel, estás caminando por una línea muy delgada. Si sigues por este camino, terminarás como Adam. Muerta. Desaparecida. Solo otro nombre grabado en una lápida de piedra.
Spencer hizo una pausa entonces, dejando que las palabras se asentaran.
—Deberías estar suplicándome que te salve en su lugar. Todavía podría hacer que todo esto desaparezca. Hacer que los cargos se esfumen. La policía podría escucharme mejor de lo que te escucharía a ti...
Extendió la mano y burlonamente apartó un mechón de cabello de su hombro, sus dedos sin llegar a tocarla.