Quiero cumplir el período de preaviso.

Dentro del coche de Agustín...

Mientras el coche se deslizaba por la tranquila calle, Ana dejó escapar un lento suspiro, permitiéndose finalmente relajarse. Se volvió hacia Agustín, con gratitud brillando en sus ojos.

—Gracias por ayudarme otra vez —dijo suavemente—, y por venir a recogerme.

Los labios de Agustín se curvaron en una sonrisa juguetona, sus ojos brillando con diversión.

—Eres mi esposa, ¿recuerdas? —bromeó—. Por supuesto que vendré a recogerte. Y si alguna vez no puedo, enviaré al conductor.

Aunque Ana se decía a sí misma que este matrimonio no era más que algo conveniente, aún sentía calidez ante sus palabras. Su sinceridad había tocado su corazón.

Antes de que pudiera detenerse en ese pensamiento, la voz de Agustín rompió su silencio.

—No me gusta la idea de que trabajes para Denis. Pero ya que insistes en cumplir el período de preaviso, no me opondré. Solo debes saber que si quieres salir, puedo hacer que eso suceda.