Borra la grabación.

Denis quería resistir, apartarla y recordarse a sí mismo la traición que aún ardía profundamente dentro de él. Pero en el momento en que se encontró con su mirada ardiente, algo dentro de él se quebró. Ese fuego de deseo se encendió con una fuerza que no podía controlar. Su respiración se volvió más pesada mientras los dedos de ella rozaban la piel sensible de su clavícula mientras desabotonaba la parte superior de su camisa.

Tania se inclinó, sus labios flotando sobre los de él, provocándolo con el calor de su aliento. Luego lo besó, suavemente al principio, pero cuando él no se apartó, profundizó el beso, enredando sus dedos en su cabello.

Denis gimió contra su boca, sus manos agarrando su cintura y atrayéndola más cerca.

Cuando el beso se volvió sin aliento, ella se echó hacia atrás, sus labios hinchados y curvados en una sonrisa conocedora. Sus dedos recorrieron su pecho, rozando sobre la tela de su camisa con deliberada lentitud.