El teléfono de Tania sonó con mensajes entrantes. Al abrirlos, apareció en la pantalla una foto de Denis. Estaba de pie frente a Ana, extendiendo la mano hacia ella. Pero lo que llamó su atención fue la innegable preocupación en sus ojos.
El texto adjunto decía: «Denis parece preocupado por Ana. Parece desesperado por recuperarla».
Su agarre en el teléfono se tensó mientras se desplazaba a la siguiente imagen. Esta vez, Agustín estaba frente a Ana en una postura protectora, listo para enfrentarse a Denis.
Una oleada de celos y resentimiento se retorció en sus entrañas. Tanto Denis como Agustín estaban preparados para luchar por Ana. ¿Cómo era posible que una mujer ordinaria como ella hubiera logrado atrapar no a uno sino a dos hombres de la familia Beaumont?
Denis ni siquiera amaba a Ana, pero se negaba a dejarla ir. ¿Qué tenía ella que lo mantenía tan obsesionado? ¿Por qué no podía simplemente seguir adelante?
¿Y Agustín?