Ana entró en la oficina elegante y de concepto abierto con una mezcla de anticipación y nervios. Su corazón latía un poco más rápido —era su primer día, y este no era cualquier puesto. Liderar un proyecto importante venía con presión, y un solo error podría descarrilar todo. Pero se propuso trabajar duro. No iba a dejar que la duda se interpusiera en su camino.
Mientras caminaba hacia su escritorio, vio algunas caras familiares del día de la entrevista. Antes de que pudiera decir algo, una voz alegre la llamó.
—¡Oye! Eres la nueva líder del proyecto, ¿verdad?
Ana vio a una mujer acercándose con una sonrisa brillante y un paso seguro.
—Soy Lili —dijo, extendiendo su mano—. Bienvenida a bordo.
Ana sonrió y estrechó su mano calurosamente.
—Gracias, Lili. Soy Ana. Encantada de conocerte.
—Tienes la energía más amable —dijo Lili con una risa—. Tenemos suerte de tenerte liderando el equipo.