Lorie estaba sentada allí, un desastre de cabello enmarañado y vergüenza, ahora en silencio mientras su propio plan se desmoronaba a su alrededor. Pero lo que realmente la sacudió no fue solo el fracaso—fue Agustín. Él había venido por Ana, se había mantenido a su lado y la había protegido.
Fue inesperado.
Entonces la realización la golpeó—Ana era la mujer con la que Agustín se había casado. La verdad le cayó como un golpe en el estómago, dejándola desconcertada e inestable.
—¿Por qué tú? —Los lamentos de Patricia resonaron por la habitación, aumentando en tono mientras la realidad se hundía—. ¿Por qué estás aquí con él? —Su rostro se retorció con incredulidad y furia mientras se lanzaba contra Lorie.
Las bofetadas llovieron mientras Lorie trataba de protegerse.
—Mamá, detente —gritó, agitándose inútilmente. Pero Patricia estaba demasiado consumida por la rabia y la humillación para escuchar sus súplicas.