Una llamada del hospital

El rostro de Ana palideció, su garganta se tensó. Sintió como si le hubieran quitado el aire de los pulmones.

—V-voy para allá —tartamudeó, con la mano temblando ligeramente mientras sujetaba el teléfono—. Por favor... asegúrense de que esté bien.

Ana agarró su bolso. Cuando se dio la vuelta para salir corriendo, Denis la tomó del brazo, deteniéndola suavemente.

—Ana, ¿qué pasa? ¿Por qué estás llorando? —preguntó con genuina preocupación.

—Es mi padre —dijo con voz entrecortada—. Está en la UCI. Tengo que ir al hospital.

—Te llevaré —ofreció.

El miedo se retorció en sus entrañas mientras su mente corría. La confrontación con Denis quedó olvidada en un instante. Lo único que importaba ahora era su padre.

No protestó. Asintió rápidamente, secándose los ojos.

—Vamos —dijo él, guiándola hacia el ascensor.

Megan se detuvo a medio paso cuando sus ojos captaron a Ana y Denis caminando rápidamente por el pasillo y entrando juntos al ascensor. Sus cejas se fruncieron con sorpresa.