Denis disculpándose con Ana

Un agudo pulso de furia latía detrás de las sienes de Denis. Sus manos se cerraron en puños sobre el escritorio mientras asimilaba las implicaciones.

Era un contrato de mil millones de dólares—uno con el que su padre había contado para revitalizar la reputación de su empresa. Perderlo ahora no sería solo un revés—podría ser una señal para otros clientes de que el Grupo Beaumont ya no era confiable.

Si un cliente cancelaba la colaboración con ellos, el resto también podría seguir el ejemplo.

Sus labios se tensaron en una fina línea. —Programa una reunión con Tecnología Marsh inmediatamente —ordenó fríamente.

Haris no respondió de inmediato. Su voz bajó una octava cuando finalmente habló. —No sé si funcionará. El director general de Tecnología Marsh... está reuniéndose con el Sr. Agustín hoy. Están finalizando el acuerdo.

Silencio.