La culpa de Denis

Denis estaba sentado encorvado sobre la barra, con las mangas arremangadas, y su tercer vaso de whisky escocés apenas tocado. Sus ojos estaban rojos, no por el alcohol, sino por el dolor y el arrepentimiento.

Roger estaba sentado tranquilamente a su lado, bebiendo su cerveza, observando a Denis girar lentamente el vaso entre sus dedos. Había visto todo lo que ocurrió en la fiesta, y lo había dejado atónito.

Durante años, había creído que Denis y Tania estaban destinados a estar juntos, la pareja perfecta desde sus días escolares. Nunca en sus pensamientos más locos había imaginado que Tania pudiera ser tan despiadada y astuta, engañando a Denis y jugando con sus sentimientos desde el principio.