Conexión perdida

Me desperté temprano en la luz gris del amanecer en casa de Adéle, todavía acostado en el suave desorden de la pasión de anoche. El silencio era denso, lleno del bajo zumbido del aire acondicionado y los sonidos distantes de la ciudad que comenzaba a despertar. Mi mente, sin embargo, no estaba tranquila. Había dejado tanto sin resolver, el caso, mis planes de venganza, y la molesta sensación de que cada pista se alejaba cada vez más. Alcancé mi teléfono en la mesita de noche y marqué a Kilian.

Mientras la llamada se conectaba, intenté estabilizar mi voz. —Kilian, soy yo. Necesito una actualización sobre la investigación. ¿Cuál es la última novedad sobre la conexión? —Hablé en tonos bajos y controlados, luchando contra la ira que se agitaba bajo la superficie.

Hubo una pausa en la línea antes de que la voz cansada de Kilian respondiera: