Un Boleto a la Redención

—Escucha, Gonzalo, si quieres restaurar el trato, necesitas ir al hombre que pagó por él. Él es el líder en esta guarida nuestra —dijo el portavoz, sus palabras eran silenciosas, como si me estuviera dando una opción. Ya sea tomar o no la opción viable.

Demonios, iba a hacerlo.

Me senté rápidamente, mi mente ya corriendo con preguntas.

—¿Qué quieres decir? —pregunté, tratando de mantener mi voz firme.

—Actualmente está en Suecia, y te tiene en muy alta estima. Si pudieras llegar allí para mañana y reunirte con él, sería increíble. Él puede ayudar a que el trato vuelva a su curso —su tono era sincero, como si creyera que esta era la mejor oportunidad que tendría en mucho tiempo.

Asentí lentamente, absorbiendo la información.

—Está bien, gracias por avisarme —dije, mi voz revelando un toque de alivio.

—Le diré a Nuel que te envíe los detalles que necesitarás. Su nombre es Anatolie Otvos.