—¡Es todo por tu seguridad, Princesa! —dice mientras la sigue mirando con sus ojos de cachorro, porque ahora mismo quiere abrazarla y besarla y hacer muchas otras cosas con ella, pero sabe que no es el momento. Necesita dejarla recuperarse para que Jesse pueda terminar el ritual de apareamiento.
—Mira —y viéndolo así, el corazón de Rosa no pudo contenerse más y con una voz dulce dijo mientras se acercaba y tocaba su mejilla.
—Sé que piensas que esto es por mi propia seguridad, pero no lo es. Estoy aquí, en mi manada, con mi gente. Conozco a casi cada persona en esta manada. Nada podría pasarme aquí. Estoy a salvo —y simplemente lo mira a los ojos.