Capítulo 44 ¡Deja a mi Luna en paz!

—¡Te pregunté algo! —Rosa gruñe a los cuatrillizos mientras entra y se posiciona frente a Fe, defendiéndola.

—¡No necesitamos explicarnos frente a ti! —dice Fénix, cruzando los brazos bajo su pecho y mirando desafiante a Rosa.

—Ángel —dice Rosa a su lobo—. Tengo ganas de estrangular a este imbécil —y avanza un paso más casi empujando a Axel para horror de Fe.

—Bueno, no tengo nada en contra de golpear a estos idiotas —le dice Ángel—. Pero son nuestros invitados y el Alfa Gregorio se molestará con nuestro comportamiento.

—¡No puedo dejar que actúen así con Fe o cualquier otra chica. Son unos malditos idiotas y les daré una lección!

—¿Crees que eres valiente intimidando a una chica sola y actuando como en una mascarada frente a ella? —y Ronan y Río casi saltan para golpearla pero apenas se controlan—. ¡Eso es lo que son! Vinieron aquí e insultaron a mi invitada. ¿Qué derecho tienen para insultar a otra persona? —les pregunta Rosa.