Capítulo 42 La ceremonia de juramento

—Bueno... —dijo Rosa al notar que Fe lo evitaba—. Eso es exactamente lo que quería escuchar. Me alegro de que todo esté bien en tu escuela.

Fe le sonrió tímidamente y solo asintió.

—Bien mi trasero —dijo Rosa a Ángel.

—No le está yendo bien para nada. Parece triste y apenas está resistiendo este teatro —dijo Ángel—. ¿Y mírala. Siempre le encantó usar su ropa y ahora está usando estos atuendos simples?

—Tienes razón, Ángel —susurró Rosa—. Necesitamos vigilarla. Si alguien le está haciendo daño, me encargaré de ellos. ¡Nadie hace sufrir a mi mejor amiga!

—¿Estás bien, Rosa? —pregunta Fe—. Te quedaste en blanco.

—Oh, estoy bien, solo estaba pensando en qué debería ponerme —y saltando de la cama casi arrastró a Fe tras ella.

—Los trillizos llenaron este armario con mi ropa y también pusieron muchas cosas nuevas aquí que creo que nunca usaré —y comienza a reír.

—Bueno, tienes suerte de tenerlos —le dice Fe nuevamente.