Capítulo 82 – Sin retroceso

Brecha occidental — Sector 9K, afueras de Stalingrado29 de enero de 1943, 17:27 horas

El humo era tan denso que parecía barro en el aire. Cada impacto sacudía el Tiger como si quisiera arrancarlo de la tierra. El fragor no disminuía. Solo se acercaba, más brutal, más desesperado.

Falk no miraba al cielo. No escuchaba su corazón. Solo veía fuego al frente y escuchaba la voz de sus hombres en el intercom.

—¡Flanco izquierdo, otro T-34! —gritó Ernst.

—¡Lo tengo! —respondió Konrad, ya girando la torreta.

Helmut cargaba como si el metal ardiera. Lukas sujetaba los mandos con los nudillos blancos.

A menos de cien metros, uno de los dos Panzer IV restantes maniobraba para cubrir el costado del Panther.

Fue rápido.

Un fogonazo. Un impacto directo.El segundo Panzer IV fue atravesado.

Falk lo vio por la escotilla. Dos miembros de la tripulación intentaron salir. Uno cayó al suelo, herido. El otro nunca se movió.

—¡Maldita sea! —escupió Helmut.

—Quedan tres —murmuró Ernst.

Falk no dudó:

Suficientes.

17:32 horas

La infantería soviética ya estaba sobre ellos. Venían en grupos, entre humo y chatarra, lanzando explosivos, disparando sin precisión. Parecían infinitos.

Ernst los ametrallaba desde la frontal. El Panther giraba sobre su eje, disparando con precisión. El Tiger aguantaba el centro del frente, imposible de mover, imposible de callar.

—¡Nos están flanqueando por el noreste! —gritó Konrad.

—¡Lukas, gira quince grados! ¡Konrad, alto explosivo! —ordenó Falk.

BOOM.Cinco cuerpos desaparecieron en un instante. Tierra, sangre y metal llovieron sobre el casco.

17:38 horas

El último Panzer IV operativo retrocedió un poco, cubriendo el flanco izquierdo con fuego sostenido. Aún resistía.

El pelotón seguía vivo.Mermado. Pero en pie.

17:44 horas

Uno de los T-34 se acercó demasiado al Panther. Disparó a bocajarro… pero falló. Konrad no.

Una llamarada cruzó el campo. El T-34 ardió como una antorcha oxidada.

Falk no pestañeaba. Solo hablaba.

—No retrocedemos.No. Retrocedemos.

17:47 horas

El ataque no había cesado, pero comenzaba a flaquear. Los soviéticos no esperaban resistencia.No esperaban acero que disparara aún desde las ruinas.

Aún quedaban tres.Y eso bastaba.