Capítulo 14: Gritar no es suficiente

Capítulo 14: Gritar no es suficiente

Miguel me envió un mensaje a las 6:43 AM.

> “Hoy hay marcha. Frente al Congreso. ¿Vienes?”

No lo dudé.

Llegamos al lugar y ya había más de cien personas.

Jóvenes.

Ancianos.

Madres con pancartas.

Niños con mirada de esperanza.

Pedían educación.

Transparencia.

Justicia.

Algunos gritaban.

Otros lloraban.

Yo solo escuchaba.

---

Vi a una mujer mayor abrazar a una chica que no conocía.

Vi a un chico de mi edad levantar una pancarta que decía:

“No nací para ser una estadística más.”

Algo me quebró por dentro.

Tomé el megáfono.

—“No estamos aquí por rabia. Estamos aquí por amor. Amor al futuro, a nuestros hermanos, a la verdad. Ya no vamos a callar más. Y ustedes—los de allá arriba—tendrán que escucharnos.”

Hubo aplausos.

Pero también gas lacrimógeno.

---

Corrimos.

Miguel y yo terminamos escondidos detrás de una panadería cerrada.

—“¿Tienes miedo?”, me preguntó.

—“Sí. Pero tengo más miedo de vivir una vida sin sentido.”

Me sonrió. Su mirada estaba distinta. Fuerte. Clara.

—“Gracias, Alex. No solo por hoy. Por todo.”

---

Esa noche, en casa, encontré una carta en mi escritorio.

La reconocí al instante.

Era de Miguel.

La había escrito semanas antes, cuando todo estaba oscuro para él.

Nunca me la había entregado.

La dejó ahora, cuando volvió a creer.

> “Alex… si estás leyendo esto es porque no pude seguir. Quería que lo supieras todo. Que tus palabras, tus preguntas, tu necedad por entender el mundo… me salvaron más veces de las que puedo contar.

No eres solo un buen amigo. Eres un faro. Y aunque este mundo esté lleno de tormentas, espero que nunca dejes de brillar.

Porque necesitamos más gente como tú. Más locos que no se rindan.

Gracias, hermano. Por no soltarme. Incluso cuando yo ya no me sujetaba.”

No lloré.

No podía.

Estaba roto por dentro…

pero al mismo tiempo, más decidido que nunca.

> “Gritar no es suficiente. Hay que quedarse. Resistir. Y construir algo nuevo, incluso sobre las ruinas.”