El nombre "Eleonora" flotó en el aire cargado del laboratorio, pesado como una sentencia. La furia helada de Merlín era palpable, una tormenta contenida tras sus ojos milenarios. La ira de Drácula era un frío depredador, reconociendo a un enemigo directo que había atacado su fuerza vital – la protección de sus Castigadores. Sorcha y Silas intercambiaron miradas de sombrío entendimiento; conocían la crueldad de su antigua aliada.
Pero para Aria, la revelación fue una daga clavada en el corazón. Imágenes de Umbría inundaron su mente: Eleonora sonriendo, ayudándola a canalizar su magia caótica inicial, explicándole pacientemente textos arcanos, ofreciéndole consuelo cuando se sentía una extraña. Eleonora, antes de ser Nyx, antes del Caos, antes de la traición, había sido su mentora, su confidente... casi una figura materna en un mundo que la había rechazado.
El dolor de la traición era agudo, pero bajo él bullía algo más: una confusa mezcla de responsabilidad y una pregunta agonizante. ¿Por qué, Eleonora? ¿Qué te llevó tan lejos?
Mientras Merlín y Drácula comenzaban a discutir sombríamente las implicaciones estratégicas – la necesidad de nuevas barreras, de contra-hechizos, de localizar la fuente del sabotaje de Nyx – Aria dio un paso al frente, interrumpiéndolos.
"Tengo... tengo que ser yo," dijo, su voz temblando al principio, pero ganando firmeza. Todos se giraron hacia ella. "Tengo que enfrentarla. A Eleonora... a Nyx."
"¡Aria, eso es absurdo!" intervino Merlín inmediatamente, su tono protector y severo. "Nyx está consumida por el Caos. Es una herramienta de Poimandres y una aliada de Enlil. Es inmensamente poderosa y despiadada. Tu conexión pasada con ella no es un puente, ¡es un arma que usará contra ti sin dudarlo!"
"Lo sé," replicó Aria, encontrando la mirada de Merlín. "Sé que es peligrosa. Pero también la conocí. Antes. Ella me enseñó. Me cuidó cuando nadie más lo hacía." La angustia tiñó su voz. "¿Cómo pudo... cómo pudo convertirse en esto? Necesito entenderlo."
"Entenderla no la detendrá," dijo Drácula con frialdad pragmática. "Su sabotaje nos debilita a todos. Si tu conocimiento sobre ella, sobre la Eleonora que fue, puede revelar una debilidad en Nyx, entonces debes usarlo. Las emociones son un lujo que no podemos permitirnos."
"¡No se trata solo de estrategia, Drácula!" estalló Aria, girándose hacia el vampiro, la angustia dando paso a la frustración. "Se trata de cómo luchamos. Ella fue mi amiga, mi maestra. ¿Voy a usar sus secretos contra ella? ¿Voy a intentar destruirla sin más?" Miró a Merlín. "¿Vamos a recurrir a las artes oscuras, a la manipulación, como otros han hecho? ¿Dónde ponemos el límite? ¡Usar las Clavículas te costó caro, Merlín! ¡Manipular la historia costó caro! ¿Repetiremos esos errores?"
Sus palabras golpearon a Merlín, recordándole sus propios dilemas morales y los fantasmas de Morgana y los vampiros. Kaelen se acercó a Aria, poniendo una mano en su hombro. "Aria, no tienes que cargar con esto tú sola. Si hay que enfrentarla, lo haremos juntos."
"Quizás no pueda hacerlo sola," admitió Aria, "pero siento... que debo intentarlo a mi manera primero. Tal vez... tal vez si puedo entender por qué eligió este camino, por qué se alió con el Caos de esa forma... quizás pueda encontrar una manera de contrarrestar su sabotaje sin... sin destruir completamente lo que fue. O al menos, entender la naturaleza de la oscuridad a la que nos enfrentamos." Su voz se quebró ligeramente. "Luchar contra Cthulhu, contra los Netlin... es luchar contra lo desconocido. Luchar contra Nyx... es luchar contra alguien a quien quise. Y eso... eso me aterra más. Me aterra en lo que podría convertirme para poder detenerla."
El conflicto ético de Aria era palpable. Su dolor era real. Merlín suspiró, la furia en sus ojos reemplazada por una profunda preocupación. Comprendía la carga de Aria, el peso de luchar contra alguien que una vez fue cercano.
"Una confrontación directa es impensable por ahora," dijo Merlín finalmente, su tono más suave. "Pero tu percepción... tu conexión única con ella y tu nueva sensibilidad al Chi y a la Rejilla... podrían ser cruciales. Quizás puedas... alcanzarla. No físicamente, sino... mentalmente. Intentar comprender su estado actual, la fuente de su poder, la naturaleza de su conexión con Poimandres y Enlil. Pero con extrema precaución, Aria. Como un susurro en la Rejilla, no un grito."
Drácula asintió secamente. "Información. Averigua su ubicación, sus planes inmediatos, la fuente de su sabotaje. Eso es útil. Lo demás... son sentimentalismos peligrosos."
Aria asintió, aunque seguía profundamente perturbada. No era la solución que deseaba, pero era un primer paso. Tendría que caminar por una cuerda floja ética y emocionalmente peligrosa. Enfrentarse a Nyx, aunque fuera mentalmente, significaba enfrentarse a los fantasmas de Eleonora, a la dolorosa traición, y a la oscuridad que amenazaba con consumirla no solo desde fuera, sino también desde dentro si no tenía cuidado. La guerra tenía ahora un rostro familiar y aterrador, y la batalla más dura para Aria podría ser la que librara dentro de sí misma.