Nueva Rectificación Cosmica

Ciudadela de Amitiel, Órbita de Neptuno 

La vasta mente de Cthulhu se había retirado parcialmente de su enfoque en Terra, su conciencia ahora entrelazada con la de Amitiel en la planificación de la siguiente fase de su "Rectificación Cósmica". Los ecos de su voz gutural y distorsionadora de la realidad aún vibraban en la sala de mando de la Nave Nodriza Netlin.

Amitiel, con una eficiencia gélida, comenzó a dictar las directrices operativas a sus lugartenientes Luciferinos. Sus ojos, como quásares distantes, reflejaban los complejos diagramas holográficos que se formaban en el aire a su alrededor, detallando la reingeniería de civilizaciones enteras.

"La directriz del Gran Primigenio es clara e impecable en su lógica," proyectó Amitiel, su voz mental resonando con la autoridad del Orden Absoluto. "La subyugación de las facciones rebeldes de Lira, y la continua gestión de Terra, se logrará no a través de la aniquilación burda – aunque esa siempre es una opción reservada – sino a través de una... asignación de roles meticulosamente orquestada dentro de nuestro Nuevo Orden Cósmico. Cada uno de estos llamados 'poderes independientes' jugará su parte asignada en el gran teatro de la 'liberación' y el 'progreso' que nosotros dirigiremos, tanto para ellos como para el rebaño humano en Terra."

Un Luciferino Netlin, cuyo cuerpo de luz pura parecía tallado en obsidiana y hielo, inclinó su cabeza angélica. "Entendemos, Comandante Supremo. ¿Cuáles serán las directrices específicas para las facciones de Lira y los nuevos bloques económicos de Terra?"

Amitiel se permitió una sonrisa que era la antítesis de la calidez. "Precisión y engaño, Heraldo. Precisión y engaño."

Comenzó a delinear el plan, cada palabra cayendo como un fragmento de una estrella moribunda:

"Los Grises, de los sistemas interiores de Zeta Reticuli," la imagen de sus naves discoidales y sus figuras delgadas y cabezonas apareció en el holograma. "Su naturaleza ya es temida y malinterpretada por muchas especies jóvenes. Continuarán con sus programas de abducción y experimentación genética, quizás incluso con una frecuencia ligeramente incrementada y una visibilidad calculada en ciertos sectores planetarios. Se les permitirá, o se les alentará activamente, a que se hagan parecer los 'villanos silenciosos' en el drama cósmico, los enigmáticos secuestradores de cuerpos y mentes. Esto generará una forma particular de miedo paranoico, una desconfianza hacia lo desconocido y lo alienígena, que es... productiva para la cosecha de energías adrénicas basadas en la incertidumbre."

La proyección cambió, mostrando ahora seres altos, de una belleza casi dolorosa, con cabello plateado y ojos de un azul gélido, envueltos en túnicas que parecían tejidas con luz de luna. "Pero el miedo necesita un contrapunto para que la esperanza y la desesperación fluctúen de manera óptima, maximizando el rendimiento energético. Para ello, activaremos o 'guiaremos' a los Seres Nórdicos – una facción menor de una rama olvidada de los Lireanos, o quizás una creación Netlin más sutil de eras pasadas, convenientemente redescubierta. Se presentarán como faros de luz en la oscuridad, seres de inmensa sabiduría y compasión. Se harán pasar por seres buenos, ofreciendo 'ayuda' selectiva a las civilizaciones 'merecedoras', promoviendo una filosofía de 'unidad cósmica' y 'ascensión espiritual', y oponiéndose veladamente a los 'excesos' de los Grises y otros 'elementos hostiles'. Serán nuestros pastores de la esperanza ilusoria, guiando a los rebaños crédulos hacia nuestro redil de control."

"Los Saurianos Draconianos y otros clanes Reptilianos influyentes," continuó Amitiel, y la imagen mostró ahora a estos seres escamosos y poderosos, "con su vasta aunque a menudo anticuada base tecnológica y su comprensión de las jerarquías de poder, continuarán compartiendo fragmentos de su tecnología – armamento, propulsión, escudos – entre las diversas facciones menores, incluida Terra, pero siempre de forma controlada y limitada. Suficiente para generar avances que mantengan la ilusión de progreso, suficientes para crear dependencias y pequeños pero constantes conflictos por la superioridad tecnológica, pero nunca lo bastante como para que ninguna facción, humana o alienígena, represente una amenaza real para nuestro dominio."

"Los Enjambres Insectoides," la proyección mostró ahora sus naves-colmena biomecánicas, "con su asombrosa eficiencia en la producción en masa y su tecnología de infraestructura y comunicación, compartirán gran parte de esta tecnología con los bloques económicos que designaremos en Europa y Norteamérica en Terra. Esto acelerará su 'desarrollo' superficial y su interdependencia económica, haciéndolos más fáciles de gestionar como unidades productivas y de consumo cohesivas dentro de su esfera de influencia."

La sonrisa de Amitiel se volvió casi depredadora. "Pero para el nuevo bloque Asiático en Terra, aquel que se alzará como un aparente y formidable contrapeso a Occidente, nosotros, directamente a través de conductos Luciferinos encubiertos y 'descubrimientos tecnológicos fortuitos', les ofreceremos tecnología nueva, aún más avanzada y sutil en su capacidad de control social e información. Esto los hará parecer más innovadores, más 'inteligentes' a los ojos del mundo, más capaces de desafiar a los bloques occidentales en una nueva guerra fría tecnológica. Esta rivalidad alimentará la narrativa de una competencia global por la supremacía, un motor constante de estrés, ambición y, por supuesto, valiosas energías adrénicas."

"Y así," concluyó Amitiel, observando el complejo mapa de manipulaciones con fría satisfacción, "el poder económico y tecnológico en Terra se dividirá cuidadosamente, haciendo creer a sus habitantes, y quizás incluso a algunos de los líderes de los bloques que no estén directamente bajo nuestro control, que alguien va a ganar esta gran guerra tecnológica y económica, que hay una posibilidad real de alcanzar un 'balance' de poder o una victoria ideológica definitiva. La tensión constante, la lucha por la ventaja, los altibajos de esta competencia orquestada... todo ello generará un flujo continuo y exquisito de las energías emocionales que el Gran Primigenio y nuestro Orden Eterno requieren para su sustento y expansión."

Los lugartenientes Luciferinos Netlin, seres de luz fría y lógica implacable, absorbieron cada palabra, sus mentes ya traduciendo las directrices en complejos algoritmos de influencia, propaganda y desestabilización controlada. La Gran Confederación, bajo la fachada de la Fraternidad Universal, se preparaba para tejer su red de engaños a través de las estrellas, convirtiendo a amigos y enemigos por igual en meros engranajes de su vasta maquinaria de cosecha emocional. El orden cósmico que siempre debió ser, según Amitiel y Cthulhu, estaba un paso más cerca de su terrible realización.