Laboratorio Oculto de Jacobo Grinberg, Coyoacán, Ciudad de México
El terror que las revelaciones de Jacobo Grinberg sobre Porfirio Díaz y el plan centenario para el despertar de Cthulhu habían sembrado en Seraphina y Rafael aún flotaba, denso y frío, en el aire del laboratorio. Ruth Cerezo, notando su conmoción, los guio hacia otra sección de los archivos, una que parecía tratar con análisis industriales y geológicos.
"Hay más," dijo Ruth con voz queda, su expresión una mezcla de la fatiga de una investigadora que ha visto demasiado y la urgencia de compartir una verdad peligrosa. "Jacobo no solo investigó a las personas y las leyendas. Siguió el rastro de la energía, de los recursos, de las... infraestructuras anómalas. Y encontró patrones que apuntaban a una manipulación a escala planetaria."
Abrió una carpeta que contenía informes detallados, gráficos de producción energética y lo que parecían ser análisis espectrales de emisiones atmosféricas. "Durante sus investigaciones sobre la influencia anómala en Tampico y la posible conexión de Díaz con entidades no humanas," explicó, "Jacobo se topó con una práctica industrial que, aunque conocida, nunca había sido examinada bajo esta... luz particular. Me refiero a la quema de gas natural por parte de PEMEX, nuestra compañía petrolera estatal."
Seraphina y Rafael intercambiaron una mirada confusa. ¿Qué tenía que ver la industria petrolera con Cthulhu y Porfirio Díaz?
"Durante años, décadas incluso," continuó Ruth, mostrando fotografías satelitales nocturnas de México donde se veían innumerables llamaradas ardiendo en los campos petroleros, "PEMEX ha estado quemando sistemáticamente enormes cantidades de gas natural directamente en sus pozos. No utilizándolo para generar energía de manera eficiente, no procesándolo para su venta o distribución... simplemente quemándolo, día y noche, una antorcha constante y derrochadora hacia el cielo, visible incluso desde el espacio."
"Jacobo," dijo Ruth, y sus ojos brillaron con el recuerdo del genio de su mentor, "teorizó que esta quema masiva y continua no era meramente una cuestión de desperdicio económico o ineficiencia técnica, como siempre se había argumentado oficialmente. Era, en su opinión, un acto deliberado, a una escala industrial masiva, con un propósito mucho más oscuro: preparar la atmósfera y, crucialmente, para bajar la frecuencia vibratoria del planeta Tierra, para crear una disonancia persistente en el campo energético de Gaia, volviéndola más vulnerable, más... porosa a influencias externas."
Ruth entonces se dirigió a una serie de notas más esotéricas de Grinberg, donde sus teorías científicas se entrelazaban con una profunda comprensión de la geología mística y la conciencia planetaria.
"Y aquí," dijo, su voz apenas un susurro, "es donde Jacobo conectó esta práctica industrial con una comprensión aún más profunda y revolucionaria de lo que significa realmente el petróleo." Mostró diagramas que Grinberg había dibujado, donde las vastas reservas de crudo no eran solo depósitos de materia orgánica fosilizada, sino algo más.
"Él llegó a la conclusión," explicó Ruth, "de que el petróleo, en su esencia más profunda, no es solo el resultado de millones de años de descomposición de vida prehistórica. Es, en un sentido muy real y terrible, una forma en que Gaia, la conciencia viviente y sensible de este planeta, había encapsulado, neutralizado y sanado las cicatrices energéticas y las toxinas dimensionales dejadas por enfrentamientos cósmicos de eones anteriores. Guerras estelares cuyos escombros irradiantes cayeron sobre la Tierra, impactos de entidades del Vacío, desgarros en el tejido de la realidad... Gaia, en su infinita capacidad de regeneración, los absorbió, los transmutó a lo largo de eras geológicas, los enterró profundamente en su ser como una forma de... pus planetario sagrado, convirtiendo energías caóticas o alienígenas en una sustancia densa y relativamente inerte."
Un escalofrío recorrió a Seraphina. La idea era monstruosa y, a la vez, poseía una extraña y terrible lógica.
"Y fue Porfirio Díaz, de nuevo," continuó Ruth, su voz ahora cargada con el peso de la revelación final de Grinberg, "o la inteligencia alienígena que lo guiaba, quien, según los hallazgos de Jacobo, impulsó con una visión estratégica a muy largo plazo el uso masivo y la quema indiscriminada del petróleo. No solo en México, donde nacionalizó y expandió la industria, sino en concierto con sus homólogos del norte – los barones del petróleo emergentes en los Estados Unidos de principios del siglo XX, los industriales europeos que comenzaban a ver el potencial ilimitado de esta nueva fuente de energía."
"No fue solo por el 'progreso' o la 'riqueza industrial', aunque esa era la fachada que se presentaba al mundo y la que la mayoría de los actores humanos creían," afirmó Ruth, citando directamente las conclusiones de Grinberg. "El objetivo subyacente, dictado por la misma influencia que había preparado el camino para el Primigenio, era bajar la frecuencia vibratoria natural de Gaia de forma masiva y sostenida. Al extraer y quemar sin control esta 'sangre vieja' y contaminada de la Tierra, esta energía cósmica neutralizada y almacenada, estaban liberando de nuevo sus disonancias originales, sus ecos de antiguos horrores, debilitando el campo energético protector de Gaia, volviendo la atmósfera psíquica del planeta más... densa, más receptiva a las influencias de baja vibración."
"Y así," concluyó Ruth, su voz apenas un soplo, "hacer que fuera más fácil el retorno, la manifestación plena y el anclaje de entidades como Cthulhu, que prosperan en frecuencias bajas, en la disonancia energética, en un planeta espiritualmente debilitado y ecológicamente herido."
Seraphina sintió que el suelo se abría bajo sus pies. "Entonces... toda la era industrial," dijo con voz ahogada, "nuestra dependencia global del petróleo... ¿ha sido parte de este plan desde el principio? ¿Una forma de preparar, sin saberlo, nuestra propia tumba energética y espiritual?"
Rafael negó con la cabeza, su rostro una máscara de horror y furia contenida. "Convertir la propia y antigua sanación de Gaia en el arma para su profanación y la nuestra... Es una perversidad que hiela el alma. Díaz, o lo que fuera que lo controlaba, no era un simple dictador terrenal. Era un arquitecto del apocalipsis a cámara lenta, un sirviente de horrores cósmicos."
Ruth Cerezo asintió con una tristeza infinita. "Jacobo creía que todo, absolutamente todo, estaba conectado. La historia, la política, la industria, la conciencia... y las estrellas distantes. Estaba a punto de publicar estas conclusiones, de intentar advertir al mundo, cuando desapareció sin dejar rastro."
El laboratorio perdido de Jacobo Grinberg se había convertido en un testamento de una conspiración de una escala inimaginable. La lucha por la supervivencia de la humanidad no era solo contra monstruos alienígenas del presente, sino contra las maquinaciones de un pasado profundamente manipulado, donde figuras históricas habían actuado como agentes conscientes o inconscientes de una destrucción cósmica largamente planeada.