Ciudadela de Amitiel, en las Profundidades de Neptuno
En la gélida y azul profundo de Neptuno, oculta de los sensores de razas menores por campos de distorsión cuántica y tormentas perpetuas de metano helado, la Ciudadela de Amitiel, la Shekinah Caída, era un bastión inexpugnable de Orden oscuro. Aquí, la presencia de Cthulhu, recién llegado de su incursión en la Tierra, no era un desgarro en la realidad, sino que se había integrado con la majestuosidad terrible del lugar, su conciencia un océano de potencial oscuro que aguardaba las directrices de su "hermano menor" y estratega.
Un tecno-sacerdote Luciferino, una figura de luz geométrica y perfecta, se acercó al trono de Amitiel. "Comandante Supremo, Gran Primigenio. El 'Heraldo Armónico', el dispositivo de comunicación, está operativo y calibrado. Podemos iniciar contacto con los líderes de Terra sin riesgo de desintegración neuronal para los receptores."
Amitiel asintió, una satisfacción fría y absoluta en sus ojos de quásar. "Es hora de presentarse formalmente ante nuestros administradores terrenales."
Fue entonces cuando la vasta conciencia de Cthulhu proyectó un nuevo y más astuto pensamiento, una corrección estratégica al plan.
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Amitiel procesó la idea al instante, su mente estratégica captando la brillantez de la maniobra.
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Una sonrisa gélida, una expresión de pura apreciación intelectual por la estrategia, se dibujó en los labios perfectos de Amitiel. "Una maniobra magistral, Gran Soñador," proyectó en respuesta. "Saturno se convertirá en el foco de toda atención, de toda esperanza y de todo temor. Cualquier resistencia futura, cualquier ataque desesperado de las facciones de Lira o de los magos de Terra, se dirigirá inevitablemente allí."
"Creerán que atacan el corazón de nuestro poder," continuó, saboreando el engaño, "cuando en realidad estarán luchando contra un formidable, sí, pero en última instancia, prescindible y muy visible centro de operaciones y propaganda. Mientras nosotros, desde la seguridad y el secreto absoluto de Neptuno, dirigimos la gran sinfonía del universo, observando, calculando y cosechando los frutos de la discordia y la armonía que nosotros mismos orquestaremos a distancia."
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"El Gran Diseño se revela en toda su majestuosidad," dijo Amitiel con una reverencia que era a la vez genuina y terriblemente ambiciosa.
Se giró hacia sus lugartenientes Luciferinos. "Que los Constructores de Vacío comiencen de inmediato la edificación en los anillos de Saturno. Que los tejedores de realidades preparen las matrices del Hexaedro con los datos de Cthulhu."
Su mirada se volvió hacia el tecno-sacerdote que esperaba. "Y ahora... mientras la gran obra comienza... prepara el Heraldo Armónico. Hagamos esa primera llamada. Veamos cómo reaccionan los pequeños y arrogantes reyes de Terra a la voz de sus nuevos, y verdaderos, dioses."
El plan era perfecto en su engaño. Una fortaleza visible en Saturno para atraer todo el fuego, mientras el verdadero poder, la alianza impía de Amitiel y Cthulhu, gobernaría desde las sombras impenetrables y heladas de Neptuno.