Capítulo 16 — Las sombras del respeto

Campamento de reclutas, Galia Cisalpina — Semana 8, anochecer

La tienda se sentía distinta esa noche. No más grande, ni más cómoda. Solo… más silenciosa.

Sextus se sentó en su rincón, vendándose el hombro sin pedir ayuda. El golpe del veterano aún latía bajo la piel como un recuerdo. No había hablado desde que volvió. Nadie lo había llamado tampoco.

Gaius fue el primero en romper el hielo.

—Así que ahora el centurión te pone a prueba con soldados de verdad… —dijo sin ironía, pero sin sonreír.

Titus no levantó la vista de su rodilla, que masajeaba en silencio.

—Ganaste, eso es innegable.

—No fui el único que golpeó —respondió Sextus.

—Tampoco eras tú el que debía ganar —añadió Marcus desde la penumbra—. Y aun así, lo hiciste.

Silencio.

No era hostilidad. Pero ya no era exactamente camaradería.

Sextus sintió la diferencia como se siente el peso de una túnica mojada. El calor de los días anteriores, las bromas, las confidencias nocturnas… todo parecía haber dado un paso atrás.

Fuera de la tienda, el cambio era aún más evidente.

Algunos reclutas lo miraban al pasar, pero evitaban saludarlo. Otros lo observaban con una mezcla de respeto y desconfianza. Como si ya no fuera uno de ellos. Como si un muro invisible se hubiera levantado entre él y el resto.

Uno de los del contubernium 9 le escupió cerca cuando cruzaron miradas. Otro simplemente murmuró: “favorito”.

Varro no decía nada, pero ahora lo señalaba con la mirada en cada formación. No para reprenderlo… sino para recordar a todos que él ya no era un nombre más en la lista.

Esa noche, mientras el campamento dormía, Sextus no podía cerrar los ojos.

Pensó en su padre, que nunca destacó. En su madre, que solo pedía pan y descanso.Pensó en lo fácil que era pasar desapercibido.Y en lo difícil que era, ahora, dar un paso sin dejar huella.

No había pedido ser distinto. Solo había respondido cuando le exigieron.

Pero en el ejército romano, ser bueno no era un alivio.Era una señal.Y las señales… siempre eran vistas por alguien con poder.