La luz de la explosión se había desvanecido hacía ya un buen rato, pero el aire aún parecía vibrar con la energía que había estallado en aquel lugar. Togi respiraba con dificultad, apoyado contra la pared, sintiendo cada latido de su corazón resonar en sus oídos. Su cuerpo dolía, pero lo que más le inquietaba era esa sensación de vacío que le arañaba desde dentro, como si algo esencial se hubiera desgajado de él.
Unos pasos suaves se acercaron. La chica de cabello verde apareció en el umbral, su rostro cubierto por una expresión de preocupación apenas contenida.
— “¿Togi?” —su voz era firme, pero con un tinte de duda—. “¿Estás bien? No tienes que fingir conmigo.”
Él levantó la mirada, encontrando en esos ojos una mezcla de sinceridad y extrañeza. Por un momento, un escalofrío le recorrió la espalda.
— “Sí... solo cansado,” respondió con una sonrisa forzada, tratando de ocultar la tormenta que aún agitaba su interior.
Ella dio un paso adelante, estudiándolo con atención.
— “Pareces... diferente. No sé cómo explicarlo. Como si algo en ti hubiera cambiado.”
Él bajó la vista, evitando su mirada.
— “Tal vez,” dijo en voz baja, “pero eso no significa que esté débil.”
Ella asintió, sin apartar los ojos.
— “Solo quiero que estés bien. Porque siento que lo que viene no es algo que podamos enfrentar solos.”
Togi se quedó en silencio. Las palabras de ella resonaban en su mente. El poder que había liberado en la batalla, la sombra que los acechaba, el vórtice que todavía parecía latir en sus recuerdos fragmentados…
Al día siguiente, Togi se reunió con Toki en un lugar apartado. El hombre, marcado por cicatrices y un aura oscura, no perdió tiempo en hablar.
— “No puedes confiar solo en la fuerza,” dijo con voz grave. “Ese estallido dejó algo dentro de ti. Esas visiones fragmentadas, esas desconexiones... no son errores, sino advertencias. Debes aprender a usarlas, o te consumirán.”
Togi asintió, consciente de que la batalla que creía haber terminado apenas comenzaba.
Mientras entrenaban, en algún lugar no muy lejano, la chica de cabello verde observaba desde la distancia, sus ojos reflejando un brillo preocupado.
“No sé qué pasó realmente con Togi... pero sé que nada volverá a ser igual.”