La encrucijada de Sean
El gimnasio resonó con el golpeteo rítmico de puños contra un saco pesado. El aroma acre de sudor colgó en el aire.
Los nudillos de Sean sangraron, dejando manchas carmesí en la superficie del saco. Pero no se detuvo. No podía detenerse.
Cada puñetazo llevaba el peso de su fracaso contra Zarif. La humillación ardía más caliente que sus músculos doloridos.
"Tu forma es descuidada," una voz fría cortó a través de su concentración.
Sean se volteó, puños alzados. Valerian estaba ahí, su postura relajada pero ojos críticos.
"¿Vienes a regodearte, Príncipe de Hielo?" se burló Sean, pecho jadeando.
La expresión de Valerian no cambió. "Vine a ayudar. Si estás dispuesto a aprender."
Por un momento, el orgullo de Sean luchó con su desesperación por mejorar. El recuerdo de la eliminación sin esfuerzo de Zarif destelló por su mente.
"Está bien," gruñó, bajando sus manos. "Muéstrame."
Valerian asintió, pisando la colchoneta. "Primero, tu postura. Más ancha. Baja tu centro de gravedad."
Mientras Valerian comenzó a demostrar, sus movimientos fluidos y precisos, Sean no pudo evitar preguntarse:
¿Qué impulsó a alguien a volverse tan fríamente eficiente? ¿Y podría él alguna vez igualar ese nivel de habilidad?
La Evolución del Francotirador
María se asomó por la mira de su rifle, enfocándose en objetivos distantes. El ambiente urbano simulado se extendió ante ella, un laberinto de edificios y sombras.
Su dedo descansó ligeramente en el gatillo, respiración estable. Un disparo, una muerte. Ese era el mantra.
"Buena puntería," la voz de Kasper la sobresaltó. Bajó el rifle, corazón martillando.
Kasper se paró detrás de ella, brazos cruzados. "Pero en combate real, necesitarás moverte rápido. Los francotiradores que se quedan quietos se vuelven blancos fáciles."
La incertidumbre de María se mostró en sus ojos. "Yo... no estoy segura de poder. Siempre me he enfocado en precisión sobre velocidad."
La sonrisa de Kasper fue tranquilizadora. "Puedes. Tus habilidades de sanación te hacen invaluable. Necesitamos mantenerte segura mientras maximizamos tu impacto."
Gesticuló a los controles de simulación. "Subamos la dificultad. Te mostraré algunas posiciones estratégicas."
El paisaje cambió, volviéndose más complejo. Enemigos holográficos aparecieron, sus movimientos impredecibles.
Kasper la guió a través del ambiente, señalando puntos ventajosos. "El terreno alto es tu amigo, pero ten cuidado de las líneas de vista. Aquí, este edificio parcialmente colapsado ofrece cobertura y una buena vista."
María asintió, absorbiendo la información. Su mente corrió con nuevas posibilidades tácticas.
"¿Y si los enemigos se acercan?" preguntó, agarrando su rifle más fuerte.
Kasper demostró una maniobra evasiva rápida. "Desengage y reposiciónate. Tu fuerza es la distancia. No los dejes dictar los términos del enfrentamiento."
Mientras continuaron entrenando, María sintió una nueva confianza creciendo. Podría no ser una luchadora de primera línea, pero tenía un papel crucial que jugar.
Con cada encuentro simulado, sus movimientos se volvieron más suaves, su tiempo de reacción más rápido.
Al final de la sesión, estaba sin aliento pero exhilarada. Este era un lado de sí misma que nunca supo que existía.
El Avance del Inventor
Lucas se encorvó sobre su mesa de trabajo, rodeado por un cementerio de tecnología rota. Su último dispositivo yacía en pedazos ante él, un testimonio de su fracaso contra Zarif.
Frustración grabó líneas profundas en su cara. Siempre había dependido de sus invenciones. Sin ellas, ¿de qué uso era para el equipo?
"Sabes," la voz de Sara lo hizo saltar, esparciendo componentes por el piso. "A veces la destrucción lleva a la creación."
Alzó la vista, escéptico. Sara se apoyó contra el marco de la puerta, un destello conocedor en su ojo.
"¿Qué quieres decir?" preguntó Lucas, demasiado cansado para esconder su irritación.
Sara entró, posándose en el borde de su mesa de trabajo desordenada. "Dime, ¿qué se suponía que hiciera esto?"
Mientras Lucas explicó la función prevista del dispositivo, Sara escuchó atentamente. Sus preguntas fueron punzantes, revelando una profundidad de conocimiento técnico que lo sorprendió.
Lentamente, una nueva idea comenzó a formarse en la mente de Lucas. ¿Qué tal si combinó la interfaz neural con...?
"¡Eso es... eso es brillante!" exclamó, dedos volando sobre su tableta. Esquemas tomaron forma en la pantalla, una fusión de su concepto original y las sugerencias de Sara.
Sara sonrió, complacida pero sin revelar demasiado. "A veces, todos necesitamos una perspectiva fresca."
Mientras se fue, Lucas no pudo evitar preguntarse: ¿Cuánto sabía realmente Sara sobre su tecnología? ¿Y de dónde venía ese conocimiento?
Pero esas preguntas podían esperar. Tenía trabajo que hacer.
Sombras y Secretos
Valerian se movió a través de la simulación de combate como un fantasma. Enemigos holográficos cayeron ante él, cada golpe preciso y letal.
Años de entrenamiento fueron evidentes en cada movimiento. Esto no era solo habilidad; era conocimiento arraigado, profundo en los músculos.
Mientras el programa terminó, sintió una presencia detrás de él. Valerian giró, cuchillo ya en mano.
"¡Whoa!" Sean retrocedió, manos alzadas. "Tranquilo ahí, chico ninja."
Valerian bajó el cuchillo, pero no se relajó completamente. "Tu sigilo ha mejorado."
Sean se encogió de hombros, pero había orgullo en sus ojos. "Tuve un buen maestro. Pero tengo que preguntar... ¿dónde aprendiste todo esto? La academia es buena, pero esto es algo más."
Por un momento, Valerian consideró evadir. Los secretos de su familia no estaban destinados a ser compartidos. Pero algo en la expresión abierta de Sean lo hizo pausar.
"Mi familia," dijo suavemente, envainando su cuchillo. "Hemos estado en este juego por generaciones. Espías, asesinos, hacedores de reyes."
La frente de Sean se frunció. "Debe ser un infierno de legado al que estar a la altura."
La risa de Valerian fue sin humor. "No tienes idea. Cada movimiento, cada decisión... todo está pesado con expectativas."
El peso de cargas no habladas colgó pesado en el aire. Por un momento, entendimiento pasó entre ellos.
Entonces Sean sonrió, rompiendo la tensión. "Bueno, ¿crees que puedas enseñarme ese truco del cuchillo?"
Los labios de Valerian se crisparon en lo que podría haber sido una sonrisa. "Veremos. Trata de seguir el ritmo."
La Caza Comienza
El equipo se reunió en su cuarto común compartido mientras la noche cayó. Mapas y archivos cubrieron cada superficie, una red de conspiraciones tomando forma.
Kasper se paró antes del tablero de investigación improvisado, determinación grabada en su cara. "Okay, ¿qué sabemos sobre el topo?"
María se mordió el labio, enroscando un mechón de cabello nerviosamente. "Deben tener acceso a información clasificada. Registros de estudiantes, reportes de misión..."
Lucas tocó su tableta, trayendo un gráfico complejo. "He estado rastreando transferencias de datos inusuales. Mira este pico durante el incidente de Zarif. Alguien estuvo muy ocupado esa noche."
Sean tronó sus nudillos, energía inquieta radiando de él. "¿Entonces cómo los hacemos salir? Digo que pongamos una trampa."
Los ojos de Valerian se estrecharon, su voz baja y cautelosa. "Cuidadosamente. No podemos confiar en nadie fuera de este cuarto. Un movimiento en falso podría alertar al topo."
Mientras teorías volaron y planes se formaron, Sara observó desde la esquina. Su expresión era ileíble, tomando cada detalle de su investigación.
¿Qué juego estaba realmente jugando? ¿Y cuánto sabía sobre su caza?
Vínculos Forjados en Fuego
Mientras la noche se profundizó, el equipo se separó en pares para continuar su entrenamiento. La academia durmió, pero en esquinas ocultas, habilidades fueron afiladas y confianza fue probada.
Sean y Valerian pelearon en el patio iluminado por la luna, sus estilos comenzando a complementarse. El poder crudo de Sean templado por la precisión de Valerian.
María estableció un nido de francotirador en el techo, Kasper proporcionando movimientos enemigos simulados para que ella rastreara. Su confianza creció con cada "eliminación" exitosa.
Lucas se encorvó sobre su mesa de trabajo, Sara ofreciendo sugerencias ocasionales. Nuevos dispositivos tomaron forma bajo su experiencia combinada.
Pero incluso mientras se volvieron más fuertes juntos, dudas persistieron en cada una de sus mentes:
¿Quién era el topo? ¿Podían realmente confiar el uno en el otro? ¿Qué tal si la traición venía de dentro de su propio círculo?
Y mientras se sumergieron más profundo en las sombras de la academia, un pensamiento ardió en todas sus mentes:
¿Qué tal si la verdad era peor que la mentira?
El reloj marcó medianoche. Un nuevo día amaneció, lleno de promesa y peligro.
La verdadera prueba apenas comenzaba. ¿Qué peligros los esperaban en los días venideros?
¿Y serían sus habilidades recién encontradas suficientes para enfrentar los desafíos adelante?
Mientras finalmente se retiraron a sus camas, exhaustos pero nerviosos, cada miembro del equipo sintió el peso de su misión.
La caza del topo había comenzado en serio. ¿Pero a qué costo para sus amistades, su confianza, sus meras almas?
Solo el tiempo diría. Y el tiempo, parecía, no estaba de su lado.