Gorrak alzó la maza con desprecio.
—Esto ya me lo sé...
La maza cayó como un rayo. ¡BOOM!
Pero Hiroshi hizo un derrape ágil,deslizándose por debajo, esquivando el golpe por centímetros.
¡ZAS! Un corte preciso en la pierna de Gorrak.
—¡AAAAARRGH! —gritó el ogro.
Hiroshi no se detuvo. Dio la vuelta con agilidad felina y comenzó a hacerle cortes en la espalda uno tras otro.
¡SLASH! SLASH! SLASH!
Terminó con una patada al torso de Gorrak... Pero el monstruo ni se movió.
—Bueno... eso no ha funcionado mucho... pero algo es algo. —dijo Hiroshi.
Gorrak se quedó de espaldas, en silencio.
—¿Cómo te atreves...? —dijo con una voz grave, rota por la furia.
Se giró lentamente. Un solo ojo se asomó entre la sombra de su cabello.
—Vas. A. Morir.
—¿Ah, sí? Pues el que va a morir eres tú.
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[PENSAMIENTOS DE HIROSHI]"Aunque le vacilé... estoy. Nunca me he enfrentado a alguien así. Nunca".
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Gorrak echó a correr.¡BOOM! ¡AUGE! ¡AUGE! Cada paso hacía temblar el suelo.
Hiroshi apretó los dientes y corrió también. Se cruzaron.
¡CLANG! La maza bajó de nuevo.Pero Hiroshi la esquivó como un rayo y le hizo otro corte, esta vez en la otra pierna.
—¡AAARRRGH! ¡JODER! ¿¡QUIERES ESTARTE QUIETO DE UNA VEZ!?
—¿Ya no eres tan duro, eh?
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[PENSAMIENTOS DE HIROSHI]"Ay madre… ¿qué va a hacer ahora…?"
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Genshiro, desde las sombras, se llevó dos dedos a la barbilla.Intrigado. En silencio.Estudiaba a Hiroshi.No dijo nada.
Gorrak, irritado, golpeó el suelo con su maza.¡BOOM! ¡BOOM! ¡BOOM!
—¡BASTA YA!
Hiroshi retrocedió dos pasos y alzó laespada.
—¡FALCOESTOCADA!
Tres figuras se formaron a su alrededor. Réplicas difusas, veloces.
—¿Solo tres...? —frunció el ceño——Bueno... me sirven.
Gorrak rió.
—Aunque uses réplicas… vas a caer igual.
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En ese instante...
Los ojos de Hiroaki se abrieron lentamente.Su cuerpo aún estaba dolorido, pero seincorporó.
Miró su barra de estado.
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[Hiroaki - Estado]HP: 500Estado: Débil
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Miró a Gorrak.Vio los cortes en su cuerpo.Vio a Hiroshi... multiplicado.Y sonrió.
—Vaya… Hiroshi… por primera vez… has pensado con cabeza.
[Escena: Gorrak contra Hiroshi – El precio del control]
Hiroshi corrió a toda velocidad.
Gorrak levantó la maza y la estrelló contra el suelo.¡CRACK!Las grietas se abrieron como serpientes de piedra, avanzando a gran velocidad.
Pero Hiroshi sonrió.—Esto ya me lo sé.
Saltó.Y sus réplicas también.
En pleno aire, alzó su espada.Y al caer, él y sus tres réplicas lanzaron un corte en diagonal.
¡ZAAAAAS!
Tres tajos cruzaron el pecho de Gorrak al mismo tiempo.
¡¡SPLURT!!
Gorrak escupió sangre.Densa. Oscura.El impacto era real.
—¡Vamos! ¡Esto está saliendo bien! —exclamó Hiroshi, eufórico.
Pero Gorrak rugió.Rugió de rabia.
—¡RAAAAAAAAGGH!
Empezó a lanzar martillazos furiosos en todas direcciones.¡BOOM! ¡BOOM! ¡BOOM!
Hiroshi los esquivó todos, con movimientos rápidos, fluidos, imposibles.Su espada cortaba sin descanso.
¡CLANG! ¡SLASH! ¡CLANG!
Gorrak se tambaleó.Estaba recibiendo daño. De verdad.
Pero cuando Hiroshi alzó la espada para rematarlo…
Una mano gigante le agarró la cabeza.
La de Gorrak.Desde abajo.Con la cabeza agachada.Sin mirarlo a la cara.Las replicas de Hiroshi desaparecieron.
—¿Creías que tenías el control…? —dijo Gorrak, con voz grave.—¿Creías que estabas ganando, verdad…?
Levantó lentamente la cabeza. Sus ojos ardían.
—Claro… lo tenías todo bajo control con esas réplicas, ¿no?
—¡Y UNA MIERDA!
¡BOOM!
Le estampó la cara contra el suelo.
El golpe fue seco. Brutal.El impacto hizo un agujero en el suelo.La piedra se rompió como si fuera cristal.El cuerpo de Hiroshi tembló entero.Fue un golpe que dolía hasta al lector.
Gorrak no lo soltó.Le puso el pie en la cabeza.Presionó.Lo hundió un poco más.
—Aquí se juega con MIS reglas, niñato de mierda.—Aquí mando YO.Y si digo que mueras aquí… es que vas a morir aquí.
Desde el suelo, Hiroaki lo observaba.Temblando. Desesperado.El miedo le anudaba el pecho.
Y de pronto…Un pensamiento le golpeó.
"Esa habilidad… la que descubrí..."
Abrió el menú con un temblor en las manos.
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[MENÚ DE HABILIDADES - HIROAKI]Habilidad: MUERTEDescripción:Probabilidad de muerte instantánea del enemigo: 5%Coste de PM: TODOS
Maldición: Si no tienes PM, tu HP se reducirá a 1.
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Hiroaki se quedó catapléjico.
—No me jodas… consume todo el PM…Y si no tengo PM, me deja con 1 de HP…Y solo tiene un 5% de probabilidades de funcionar…
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[PENSAMIENTOS DE HIROAKI]
"¿Qué hago…? ¿La uso… o no la uso…?""Si no la uso… Hiroshi va a morir.Y eso significa que va a morir en la vida real también…"
"Pero si la uso… y falla… me quedo expuesto.Y puede que muera yo también…"
Sudores fríos le recorrieron el cuerpo.Las manos le temblaban.Su respiración era rápida, entrecortada.
—¿Qué hago...? —susurró.
[Escena: La decisión final – La sombra de la muerte]
Hiroaki apretó los dientes. Su cuerpotemblaba.Su respiración era agitada, su mente al límite.Pero ya no podía dudar más.
—¡¡¡¡MUERTE!!!!
Su grito retumbó en todo el campo de batalla.
Gorrak, aún con el pie sobre la cabeza de Hiroshi, alzó la vista.
—¿Eh? ¿Qué ha sido eso...?
La mano de Hiroaki… cambió.Por un segundo, sus dedos se volvieron hueso. Esqueléticos.Y de su palma… emergió un humo negro.
Oscuro. Pegajoso. Con forma de calavera.Avanzaba lentamente… pero también rápido.Como si el aire mismo le abriera paso.
Gorrak frunció el ceño.
—¿Qué demonios es eso...?
Intentó desviar el humo con la mano…Pero el humo no se podía tocar.Se deslizaba entre los dedos,como si no existiera… y a la vez, lo envolviera todo.
En un instante, el humo lo recorrió.Y Gorrak… se ahogó.Literalmente.
—¡AGHHHGKHHH!
Tosió. Jadeó.Abrió los ojos desorbitados.Se agarró el cuello.Soltó la maza.Se tambaleó.
---
Hiroshi se incorporó,la cara completamente ensangrentada,la voz destrozada.
—¿Q-Qué está pasando...?
Vio a Gorrak llevarse ambas manos a la garganta.Vio a Hiroaki de pie, jadeando, con la mano aún alzada.
—¿Qué es eso que le recorre por el cuerpo...?
Hiroaki no lo miró.
—Es… una habilidad.Luego te lo explico…Espero que funcione.
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Gorrak caía de rodillas.Sus ojos giraban,su pecho se hinchaba buscando aire.
Tres minutos.Tres minutos de agónica asfixia.Sus dedos arañaban su cuello.Su cuerpo temblaba.
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[PENSAMIENTOS DE GORRAK]"¿Qué me pasa...?¿Por qué me estoy ahogando...?No puedo morir aquí…¡Tengo que superar esto!¡Estos niñatos de mierda… deben morir por lo que me han hecho…!"
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¡CRACK!
Su cuello se partió.El sonido fue seco.
Un chorro de sangre brotó a presión,salpicando a Hiroshi y Hiroaki.Gorrak se tambaleó…Y cayó al suelo.Muerto.
---
Hiroaki se quedó quieto.Petrificado.Miraba el cadáver.La sangre.El cuello roto.
—¿Ha muerto...?¿De verdad ha muerto...?Con el cuello… madre mía…
Su mirada temblaba,pero su cuerpo no.Se quedó paralizado…pero no de miedo.De asombro.De incredulidad.
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[PENSAMIENTOS DE HIROAKI]"Ha funcionado.Ha muerto.Aunque me siento… tan débil…Pero ha muerto de verdad.Lo conseguimos.Sobrevivimos.No me lo creo…"
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Cayó de rodillas, jadeando.El sudor empapaba su rostro.Su cuerpo estaba al límite.Pero seguía vivo.Hiroshi lo miró, aún de pie, tambaleante.
—Hiroaki… ¿qué has hecho...?
[Has obtenido: 90.000XP][Has obtenido: 15.000 monedas de oro][Has obtenido: colmillo de ogro x1]
[Escena: Castillo Flotante – Frustración en el Trono del Fin]
En lo alto del cielo, el Castillo Flotante, conocido como el Trono del Fin, flotaba inmóvil sobre un vacío infinito.El ambiente era denso. El silencio, absoluto.
Genshiro Obelisk, envuelto en sombras, apareció con un destello apenas perceptible. Caminó hasta el centro del trono, donde Kenshiro no Oni permanecía sentado, inmóvil.
—Mi señor. —dijo con tono neutro—.Vengo con el informe. Gorrak ha caído.
No hubo respuesta.Kenshiro no Oni no dijo nada durante varios segundos.
El ambiente se tensó. Ni siquiera el aire osaba moverse.
Y entonces…
¡CRASH!
Kenshiro se levantó y lanzó un puñetazo al trono.Lo reventó en mil pedazos.Fragmentos de piedra y oscuridad volaron por toda la sala.
Un grito salió de su garganta.No uno cualquiera.Un grito seco, rabioso.De frustración real.De un plan que empieza a romperse.
—¡¡¡¿¿CÓMO ES POSIBLE??!!!¿¡CÓMO PUEDE SER QUE UNOS NIÑATOS DE MIERDA…!?¡QUE NO SON NI CAPACES DE MATAR UNA MOSCA… HAYAN MATADO A UNO DE MIS LUGARTENIENTES!?
Su voz cortó el vacío.Lo rasgó.Como una hoja afilada sobre carne viva.
Asterisco, el Rey de los Elfos Oscuros, dio un paso adelante con aparente calma.
—Con todo respeto, mi señor… Gorrak nunca fue un guerrero que pensara con claridad.Tampoco era... particularmente brillante.
Kenshiro lo miró.Lento.Con una rabia silenciosa en los ojos.Como si lo atravesara.No dijo una palabra.
Asterisco se encogió ligeramente.—Mejor me callo… por si acaso.
Kenshiro se sentó sobre los restos destrozados del trono.El polvo flotaba aún en el aire.
—Asterisco.
—Sí, mi señor.
—Coge a Tetrick.Id por esos mocosos.Mi propósito debe cumplirse.No puedo permitir que unos niñatos lo desmoronen
—Como ordene.
Asterisco se marchó con una leve reverencia.Detrás de él, en las sombras, avanzó la figura imponente de Tetrick, la armadura viviente.
---
La escena termina con un primer plano de Kenshiro.Su rostro.Frío.Tenso.Los ojos encendidos.Pero sin decir nada.
Rabia.Desesperación.Y una determinación absoluta.
[Transición suave desde la batalla]
Hiroaki, aún temblando por dentro, respiró hondo. El silencio tras la muerte de Gorrak era sepulcral, pero en su mente, el eco de aquella visión seguía retumbando.
—Lo que vi... —susurró—. No fue un sueño. Fue real.
Volteó a Hiroshi, todavía jadeante por la pelea.
—Escúchame, Hiroshi... Estuve en un lugar oscuro. No sé si fue mi mente, el limbo, oalgo peor... pero vi a él. A Kenshiro.
Hiroshi frunció el ceño, atento.
—Sí, sí, o sea... —continuó Hiroaki, con la voz entrecortada— Si morimos aquí... morimos de verdad. También allá. Así que una de dos: o sobrevivimos a todo lo que venga... o estamos acabados.
Se quedó paralizado. La cámara se detiene en su rostro sudoroso, lívido, y sus pensamientos emergen en texto:
“Entonces… ¿a esto se refería aquel vendedor? ¿A esto se refería con que algo iba mal en el juego…?”
[Cambio de escena: regreso a Skylander]
El ambiente los golpea como una olahelada. Skylander... estaba en ruinas. Edificios derrumbados, humo saliendo de las casas, sangre en las paredes. Cadáveres. Pero no todos.
Algunos todavía respiraban.
—No… —musitó Hiroshi.
Hiroaki tragó saliva. Sin dudarlo, se tomó 20 éteres.[Inventario actualizado: Pociones x50, Éteres x30 → x10, Ultrapociones x14]—Vamos allá —dijo, alzando su báculo.
[Habilidad usada: Resurrección]
Una luz celestial cayó sobre cada cuerpo, uno tras otro. Primero los aldeanos, luego los veinte soldados, y sus ojos se abrieron,como despertando de una pesadilla. Hiroaki cayó de rodillas, exhausto.
De entre los supervivientes, un anciano se abrió paso con paso tembloroso pero firme.
—Primero… derrotáis a una amenaza que casi aniquila esta aldea… y ahora… Cómo podemos compensaros?
—Solo... solo queremos descansar... —murmuró Hiroshi.
—La posada fue destruida… pero mi mansión sigue en pie. Es lo mínimo que puedo ofrecer.
[Cambio de escena: Castillo Flotante, Sala de Armas]Tetrick estaba de pie. Una armadura oscura, viva, que exhalaba aire por cada rendija como un fuelle demoníaco. No hablaba… pero el aire que expulsaba formaba un patrón.
—Hmm… entiendo —dijo Asterisco, cruzado de brazos. El Rey Elfo Oscuro, de presencia fría e inteligencia afilada.
Tetrick volvió a soplar. El sonido era gutural, lento, pero cargado de intención.
—No deberíamos subestimarlos. —La voz de Asterisco era suave, pero letal—. Si han derrotado a Gorrak… significa que no son simples jugadores.
Pensamiento de Asterisco:“Gorrak era el más fuerte. El más brutal. El más imponente. Si estos chavales lovencieron… entonces no son lo que parecen.”
—Tendremos que cambiar de enfoque —dijo en voz alta—. No podemos lanzarnos a lo loco. Necesitamos estrategia. Precisión. Lo queramos o no… la derrota de Gorrak ha complicado las cosas. Bastante.
El sol acariciaba las ruinas de Skylander con una calidez inusual. El olor a madera quemada aún flotaba en el aire, pero había una extraña paz. Hiroaki y Hiroshi salieron juntos de la mansión, en silencio.
De repente, una pantalla translúcida apareció frente a ellos, parpadeando con una exclamación naranja.Ambos se miraron sin decir palabra, asintieron... y la abrieron.
¡Subida de nivel!¡Has subido 15 niveles! (40 → 55)
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HIROAKI – Nivel 55HP: 4200 → 5800 (↑ +1600)PM: 6400 → 9100 (↑ +2700)Fuerza: 180 → 210 (↑ +30)Defensa: 300 → 360 (↑ +60)Poder Mágico: 830 → 1030 (↑ +200)Agilidad: 280 → 330 (↑ +50)Nueva habilidad adquirida: CORAZABloquea todo tipo de ataques físicos.Coste de PM: 200
HIROSHI – Nivel 55HP: 8000 (↑ +1600)PM: 2200 (↑ +600)Fuerza: 1140 (↑ +200)Defensa: 750 (↑ +120)Poder Mágico: 110 (↑ +20)Agilidad: 420 (↑ +60)
—¡Wow! —exclamó Hiroaki con una sonrisa amplia—. Esto me va a servir… y mucho.
Se disponía a avanzar, pero Hiroshi alzó la mano.
—Espera, Hiroaki.
Él se detuvo, curioso.
—Lo que dijiste ayer… sobre que si morimos aquí también morimos fuera…
Hiroshi bajó la mirada un instante, pero luego la levantó con determinación.
—Solo quería que supieras algo. No pienso dejarte solo. Pase lo que pase, estaré a tu lado. Eso es lo que hacen los compañeros… y los amigos de verdad.
Hiroaki lo miró, y sin palabras, ambos se chocaron el puño. Pero no fue un gesto casual: fue un pacto silencioso. Un compromiso de vida o muerte.
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[Vista general del pueblo]
Skylander se movía. Aldeanos reparando casas, soldados reconstruyendo murallas, niños recogiendo escombros con los adultos. La vida, de algún modo, continuaba.
—Bueno… ¿y ahora qué? —preguntó Hiroshi—. Después del combate más peligroso que hemos tenido, a vida o muerte literal… no tengo ni idea de qué más hacer.
Hiroaki entrecerró los ojos y señaló.
—Mira, ahí… entre esos dos aldeanos. ¿Lo ves?
Dos exclamaciones rojas flotaban en el aire, parpadeando sobre sus cabezas.
—¡Misiones secundarias! —dijo Hiroaki—. Podemos hacerlas.
Hiroshi sonrió con una mezcla de alivio y resignación.
—Mira, ¿sabes una cosa? Después de lo que vivimos con Gorrak… me apetece hacer una de recadero. En plan relax total.
—Estoy de acuerdo contigo. Porque lo que hemos vivido… solo fue el principio delinfierno.
Hiroaki miró al cielo.
—Lo que nos espera… es mucho más grande.
Tras salir de la mansión del anciano, Hiroaki y Hiroshi caminaron por la reconstruida plaza de Skylander. Allí, se toparon con una pareja: un hombre robusto y una joven de cabello castaño, visiblemente nerviosa.
—Disculpad… —dijo la mujer, acercándose con timidez—. ¿Sois aventureros, verdad?
—Lo somos —respondió Hiroshi con media sonrisa.—Tengo una petición… Mi madre está muy enferma en la Aldea de Ville, una aldea pequeña al noreste. Llevo unas medicinas, pero… hay monstruos por el camino y no me atrevo a ir sola. ¿Podríais acompañarme?
En ese momento, una ventana apareció en la pantalla:
[¿Aceptar misión secundaria?]
[> Sí][No][Recompensa: tela de cuero]
Hiroshi miró a Hiroaki y asintió con decisión.
—Venga, vamos a aceptarla. Nos vendrábien un momento de relax… y para asimilar todo lo que ha pasado.
Hiroaki seleccionó [Sí] y la misión comenzó.
Resumen:Acompañaron a la mujer hasta la Aldea de Ville atravesando senderos y bosques infestados de monstruos. Aunque se enfrentaron a numerosas criaturas, estas resultaron ser débiles: lobos, murciélagos gigantes y algún que otro orco rezagado. Nada que pudiera compararse con lo vivido recientemente. Tras un par de horas de camino, lograron escoltar a la mujer hasta la aldea sin mayores complicaciones.
Cuando entregó las medicinas a su madre, la mujer se giró, visiblemente emocionada:
—¡Gracias… gracias de verdad! ¡No sé qué habría hecho sin vosotros!
La pantalla mostró:
[¡Misión completada!]
[> Recompensa obtenida: Tela de cuero.]
De regreso hacia Skylander, el camino fue tranquilo. Ninguno hablaba, sumidos en sus propios pensamientos. El silencio se rompió de pronto cuando Hiroshi murmuró:
—El combate contra Gorrak… ha sido el primero de muchos, ¿verdad? La verdad… pensé que no lo contábamos. Me costó… mucho. Me estaba jugando la vida ahí.
Hiroaki lo miró de reojo, serio.
—Sí… sobre eso —dijo tras una pausa—. Hay algo que no te conté. Cuando quedé inconsciente… estuve en algo que parecía un limbo. Vi a Kenshiro allí. Me dijo… que va a hacer todo lo posible para destruir Calisthea.
Hiroshi frunció el ceño.
—¿Cómo? ¿Que quiere venir a por nosotros?
—Exacto —confirmó Hiroaki, clavando la vista al frente—. Kenshiro va a mandar a sus lugartenientes… a por nosotros. Se está moviendo ya. Lo de Gorrak fue solo la primera oleada. Tenemos que prepararnos extremadamente bien, Hiroshi. Lo deGorrak nos ha demostrado que sus lugartenientes no son moco de pavo. Estuvimos a punto de perder la vida…
Hizo una pausa, girándose hacia él.
—¿Estás listo para lo que se viene?
Hiroshi le lanzó una mirada intensa, apretando los puños.
—Te dije que no te iba a dejar solo, ¿no? Pues lo pienso cumplir hasta el final. Juntos vamos a acabar con esto de una maldita vez. Estoy cansado ya de toda esta mierda.
Hiroaki sonrió levemente, pero sus pensamientos retumbaron por dentro:
Se avecina algo gordo… Kenshiro se hafijado en nosotros, no porque le hayamos sorprendido de lo fuertes que somos, sino porque nos ve como un obstáculo para su plan. Esto no es un simple juego… y debemos prepararnos extremadamente bien para afrontar esa cruel batalla.
La cámara se elevó, mostrando a ambos caminando hacia Skylander, mientras el cielo comenzaba a teñirse de rojo en el horizonte.
Hiroaki y Hiroshi regresaban a Skylander cuando, cerca de la entrada del pueblo, se encontraron con un joven alto y delgado, de cabello largo recogido en una coleta. El chico, algo nervioso, levantó la mano para detenerlos.
—¡Eh, vosotros! ¿Sois aventureros, verdad?
—Sí, ¿qué pasa? —preguntó Hiroshi.
—Tengo un encargo urgente… Un amigo mío va a casarse en la Aldea de Ozuna, y me pidió que le llevara su anillo de compromiso, pero… bueno, ya sabéis cómo está todo lleno de monstruos últimamente. No me atrevo a ir solo. ¿Podríais acompañarme hasta allí?
En la pantalla apareció:
[¿Aceptar misión secundaria?]
[> Sí][No][Recompensa: Mineral de oro]Hiroshi sonrió de lado.
—Venga, otra más. Así matamos el rato antes de meternos en líos otra vez.
Hiroaki pulsó en [Sí] y comenzó la misión.
Resumen:Acompañaron al joven camino a la Aldea de Ozuna. Aunque el trayecto estaba plagado de enemigos, la mayoría eran insignificantes: hienas carnívoras, serpientes gigantes y algunos esqueletos deambulantes. Hiroaki y Hiroshi los derrotaron sin dificultad. El viaje fue largo pero tranquilo, y finalmente llegaron a la aldea donde entregaron el anillo.
El joven, emocionado, se inclinó agradecido:—¡De verdad, mil gracias! ¡No lo habría logrado sin vosotros!
La pantalla mostró:
[¡Misión completada!]
[> Recompensa obtenida: Mineral de oro.]
En silencio, comenzaron el regreso hacia Skylander. Una vez allí, se dirigieron directamente hacia el tablón de cacerías del pueblo. Hiroshi lo miró con desdén y preguntó:
—¿Hay algún monstruo aquí que valga la pena o algo?
Hiroaki examinó atentamente las misionesdisponibles: avispas gigantes, lobos feroces, hienas carnívoras... Todas con recompensas mediocres: 300 monedas de oro, 250 monedas…
—No… no hay nada que valga la pena —respondió Hiroaki, cruzándose de brazos.
En ese momento, apareció el anciano del pueblo, acercándose con su habitual sonrisa amable.
—Hiroaki, Hiroshi, ¿puedo hacer algo más por vosotros?
Hiroshi se encogió de hombros.
—Yo estoy bien, no necesito nada más por ahora.
Hiroaki, en cambio, miró su varita y suatuendo, algo pensativo.
—Pues… la verdad es que necesito mejorar mi equipo, pero no tengo ni idea de cómo hacerlo.
El anciano quedó unos segundos en silencio, pensativo. Luego levantó la mirada, con un destello casi misterioso en los ojos.
—Ven conmigo, Hiroaki.
Hiroshi se quedó observando mientras Hiroaki seguía al anciano a través de las calles aún llenas de escombros y reparaciones. Finalmente entraron en una gran casa vieja, y el anciano abrió la puerta de una sala oculta.
Al cruzar el umbral, Hiroaki se quedó sinpalabras.
La sala estaba repleta de armas y armaduras. Bastones y varitas colgaban de las paredes junto a enormes mandobles, espadas de todos los tamaños, escudos con inscripciones mágicas y armaduras relucientes de distintos materiales. El brillo metálico y la energía contenida hacían vibrar el aire. Era como entrar en un museo de poder.
—Esto… es increíble… —susurró Hiroaki, sin poder apartar la mirada.
El anciano se acercó a una estantería al fondo.
—Aquí guardamos lo más valioso… objetos muy antiguos, con un poder inimaginable. Y quiero darte algo especial.
Hiroaki tragó saliva, expectante, mientras el anciano rebuscaba entre las reliquias.
El anciano se detuvo frente a un armario antiguo, de madera desgastada y tallada con símbolos arcanos. Se agachó ligeramente, tomó las dos puertas y comenzó a abrirlas lentamente. El armario hizo un sonido largo y grave, no molesto, sino mágico y sosegado, como si cada centímetro de apertura revelara un secreto bien guardado. La sala quedó en silencio, solo ese leve crujir llenaba el aire.
La cámara enfocó los ojos de Hiroaki. Le empezaron a brillar los ojos, abiertos de par en par, incapaz de apartar la mirada.
Cuando las puertas se abrieron del todo, lo vio.
Una vara de color azul, brillante como un pequeño sol, descansaba apoyada en terciopelo púrpura. Su superficie despedía destellos suaves que no cegaban, pero eran increíblemente agradables de mirar. Hiroaki pudo verse reflejado en ella con total nitidez, como si fuera un espejo pulido.
Junto a la vara, un atuendo antiguo colgaba impecable: túnica blanca con rayas negras perfectamente delineadas, y un sombrero negro de ala ancha. Aunque era evidente que aquella ropa tenía siglos de historia, parecía recién confeccionada, sin una sola arruga ni señal de desgaste.
Hiroaki se acercó, casi hipnotizado.
—I… increíble… —susurró, temblandolevemente—. Esto… esto no lo había visto nunca…
La pantalla mostró:
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[Nueva arma obtenida: Vara de Oricalco]Ataque mágico: [+2000]Habilidad especial: HP [+500]Descripción: Una vara legendaria forjada en oricalco puro. Su superficie refleja la esencia del mago. Aumenta drásticamente el poder mágico y la resistencia espiritual.
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[Nuevo atuendo obtenido: Traje Antiguo de Hechicero]Defensa: [+800]Habilidad especial: Defensa mágica [+1000]Descripción: Atuendo sagrado de un mago ancestral. Su poder aún perdura. Cuando recibes ataques mágicos, el daño se reduce considerablemente.
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Hiroaki seguía mirando, sin atreverse a tocar nada.—No… no puedo aceptar esto… no puedo… —susurró, con la voz quebrada. Su respiración se aceleraba, y un brillo húmedo asomó en sus ojos, al borde del llanto—. Esto es demasiado… No me lo merezco… de verdad…
El anciano colocó una mano firme en su hombro.
—Debes aceptarlo. Y lo harás. Porque sabes que tienes que hacerlo.
Hiroaki negó con la cabeza, casi en shock.
—Pero esto… esto es muy grande… esto… esto no es para mí…
El anciano lo miró con seriedad, pero con una bondad infinita.—Esto perteneció a un mago muy poderoso… Con esta vara y este atuendo, fue capaz de derrotar al enemigo más temible de toda la historia. Y ahora… te pertenece a ti.
Hiroaki apretó los puños, la mirada clavada en las reliquias, con los ojos aún empañados.
—No puedo… es demasiado…
El anciano insistió, con más firmeza:
—Debes hacerlo. Porque si no lo aceptas… ¿de qué sirve toda esta lucha? Sabes que tienes una responsabilidad. Sabes que, como mago que eres, esto es parte de tu camino. Esto es algo muy grande… y tú lo sabes.Hiroaki cerró los ojos, respiró hondo… y la escena quedó en suspenso.
Hiroaki respiró hondo, aún conmovido por lo que tenía delante. Se giró hacia el anciano, con los ojos brillantes de sinceridad.
—De verdad… muchísimas gracias. Gracias por confiarme estos dos objetos tan valiosos y poderosos.
El anciano sonrió, cruzándose de brazos.
—Es lo mínimo que podía hacer, después de que salvaras Skylander de una tragedia inminente. No hay deuda mayor que esa.
Hiroaki miró a su alrededor y, en un rincón discreto de la sala, vio un pequeñovestuario. Sin pensárselo mucho, se dirigió hacia allí para ponerse su nuevo equipo. Unos minutos después, salió vestido con la túnica blanca con rayas negras, el sombrero negro y la vara de oricalco azul brillante en la mano.
El anciano lo observó de arriba abajo y soltó una carcajada satisfecha.
—¿Ves? ¡Te dije que debías aceptarlo! Te queda que ni pintado. Pareces un mago legendario.
Frente a Hiroaki había un gran espejo, y al verse reflejado, se quedó boquiabierto. Por un instante, sintió cómo un calor extraño recorría sus venas, un poder que le dolía pero de forma agradable, como si su cuerpo estuviera despertando a una nueva fuerza. Cerró los ojos un segundo y, derepente, sintió un chispazo en la cabeza.
Apareció la ventana de estadísticas:
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[Actualización de parámetros – Hiroaki]HP: 5800 → 6300 (↑ +500)Ataque mágico: 1030 → 3030 (↑ +2000)Defensa: 360 → 1160 (↑ +800)Defensa mágica: 0 → 1000 (↑ +1000)
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Hiroaki dio un paso atrás, todavía alucinando.
—Wow… realmente me siento muy poderoso con esto… —murmuró, apretando la vara y notando cómo su energía fluía más rápido que nunca.
El anciano asintió con satisfacción.
—Ahora podrás aniquilar mucho más fácilmente a cualquier oponente que se interponga en tu camino. Pero no te confíes… que tengas esto no significa que seas invencible. Solo significa que ahora tienes un poder muy superior al que tenías antes.
Hiroaki levantó la mirada, decidido.
—Gracias. Muchísimas gracias, de verdad.Esto significa muchísimo para mí.
El anciano sonrió y agitó la mano con humildad.
—Hombre, hombre, tampoco hace falta exagerar. Después de lo que habéis hecho, es lo mínimo que podía ofrecer.
Hiroaki sonrió ampliamente y se despidió con una leve reverencia antes de salir de la casa. Afuera, Hiroshi estaba ayudando a colocar unos tablones en una casa semidestruida, pero de pronto se detuvo, sintiendo algo extraño. Se giró rápidamente, en guardia… hasta que lo vio.
—¡¿Pero qué…?! —sus ojos se abrieron de par en par—. ¡Wow, tío! ¡Pareces un mago de verdad, qué flipe!Hiroaki se rió, levantando un poco la vara para mostrársela mejor.
—¿Verdad que sí? La verdad… sí que noto que estoy muy fuerte ahora mismo.
Hiroshi lo rodeó, examinándolo con asombro.
—¿Muy fuerte? ¡Tío, pareces un mago de esos antiguos que vivieron 500 años! Qué pasada… madre mía.
El anciano salió detrás de Hiroaki, riendo divertido.
—Y tú, joven Hiroshi, tampoco vas a quedarte atrás. También tengo unas cuantas armaduras potentes para ti.
Hiroshi se encogió de hombros, sonriendo.
—Bueno, una armadura nunca viene mal. No me hacen falta armas, ya tengo mi espada karmesí.
—Descuida —contestó el anciano—. Armas no, pero sí una armadura que te vendrá de maravilla. Vamos, acompáñame, joven.
Hiroshi dejó la madera a un lado y miró a Hiroaki con una sonrisa cómplice antes de seguir al anciano hacia la casa.
Hiroshi entró en la sala de armas y se quedó totalmente alucinado. Miraba de un lado a otro, con los ojos brillantes de emoción, recorriendo la enorme colección de espadas, bastones, mandobles y armaduras que cubrían las paredes y estanterías.El anciano, cruzado de brazos, lo observaba con una sonrisa amplia, claramente divertido.
—Je… —soltó entre dientes, alegre—. Parece un niño pequeño con juguetes nuevos.
Hiroshi se fue acercando a una de las estanterías y, con curiosidad, posó la mano sobre una armadura negra de aspecto imponente. La placa de identificación decía:
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[Armadura Oscura]Defensa: [+400]Habilidad especial: HP [+200]Descripción: Armadura robusta que ofrece gran resistencia física. Su color oscuro impone respeto en combate.
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Hiroshi ladeó la cabeza y chasqueó la lengua.
—Nah… no está mal, pero no es lo que busco.
Siguió explorando y se detuvo ante otra armadura, esta vez blanca y reluciente, casi cegadora. Leyó en voz alta:
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[Armadura Luminosa]Defensa: [+500]Habilidad especial: Ataque [+200]Descripción: Armadura sagrada que potencia la ofensiva. Su luz purifica y fortalece a su portador.
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Hiroshi se rascó la cabeza, dubitativo.
—Mmm… tampoco. Está bien, pero yo quiero algo más fuerte, algo que sea realmente potente…
El anciano, sonriendo aún más, se acercó y le dio un golpecito en la espalda.
—Eso tiene fácil solución.
Le tomó la mano y lo condujo hasta el fondo de la sala, donde reposaba una armadura impresionante, cubierta de símbolos arcanos y con un brillo metálico casi hipnótico. Hiroshi se quedó pasmado.
—Vaya pasote… —susurró—. ¡Madre mía, qué pedazo de armadura!
Frente a él apareció la ficha:
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[Armadura de Guardián Arcano]Defensa: [+1000]Habilidad especial: HP [+900]Descripción: Armadura mística forjada para resistir tanto ataques físicos como mágicos. Su poder defensivo es legendario, otorgando a su portador una resistencia inigualable.
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Hiroshi la agarró, deslumbrado, y miró al anciano con ojos suplicantes.
—¿Puedo quedármela? ¿Puedo quedármela? Por favor, por favor… ¡me encanta esta armadura!
El anciano soltó una carcajada.
—¡Claro que sí, joven! Es toda tuya.
Hiroshi, con una sonrisa enorme, corrió al vestuario más cercano para ponérsela. Mientras tanto, el anciano se rascó la barbilla, divertido.
—Jeje… vaya energía tiene este chico… parece un niño pequeño con un juguete nuevo.
Unos minutos después, Hiroshi salió ya equipado. La armadura le encajaba a la perfección, y justo en ese momento, sintió un chispazo recorrerle el cuerpo entero. No era doloroso, sino un cosquilleo agradable, como si la armadura lo aceptara plenamente. Cerró los ojos unsegundo… y de repente un chispazo en la cabeza activó su menú de estadísticas, que se desplegó frente a él.
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[Actualización de parámetros – Hiroshi]HP: 8000 → 8900 (↑ +900)Defensa: 750 → 1750 (↑ +1000)
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Hiroshi abrió los ojos, asombrado, moviéndose para notar la ligereza y potencia de la nueva armadura.—Wow… esto es otra liga… —murmuró, sintiendo la fuerza recorrerle el cuerpo.
Hiroshi salió de la sala de armas, luciendo su nueva armadura con orgullo. Hiroaki, que estaba esperándolo fuera, alzó la vista y se quedó flipando.
—¡Wow! ¡Qué pedazo de armadura, tío! Esto sí que es una armadura de verdad.
Hiroshi sonrió de oreja a oreja.
—¿De verdad? ¡Qué ni pintada, eh! Tengo unas ganas tremendas de probarla ya.
Hiroaki cruzó los brazos, sonriendo también.
—¿Y por qué no lo probamos con algunosde esos monstruos mequetrefes del tablón de cacerías?
Hiroshi asintió de inmediato.
—Muy buena idea.
Ambos se giraron hacia el anciano y volvieron a darle las gracias.
—Gracias de nuevo por todo, de verdad —dijo Hiroaki.
—Sí, muchísimas gracias —añadió Hiroshi.
El anciano, con su sonrisa amable, les respondió:
—Cualquier cosa que necesitéis… nuevas armas, armaduras, lo que sea… yo siempre estaré aquí.
—¡Nos vemos pronto! —dijo Hiroshi, levantando la mano.
Se despidieron del anciano y se dirigieron hacia el tablón de cacerías. Allí, Hiroshi examinó los encargos y señaló uno.
—Eh, estas Hienas Carnívoras parecen un poco más fuertes que las demás… pero no demasiado.
Hiroaki asintió, motivado.
—Buena oportunidad para empezar a probar esto.
—Sí, ¡vamos a ello! —respondió Hiroshi.
Poco después, ambos estaban en la entrada sur de Skylander, avanzando haciael terreno donde se encontraban las hienas, listos para entrar en acción.
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La escena cambia.
En el castillo flotante, Asterisco y Tetrick aún estaban en la sala de armas, revisando su equipo, afinando cada detalle antes de salir a la caza de Hiroaki y Hiroshi. El ambiente era tenso pero controlado… hasta que Genshiro Obelisk entró en la sala.
Asterisco lo miró de reojo, con una sonrisa burlona.
—¿Qué pasa, Genshiro? ¿Te sientes solo?Genshiro se acercó despacio, con su expresión fría como siempre.
—He estado observando… he visto cómo mataron a Gorrak.
Tetrick soltó un exhalo leve, casi como un suspiro cansado.
Genshiro lo miró de reojo y le advirtió con voz seria:
—No lo subestimes tanto. Es una habilidad muy peligrosa… puede cambiar las tornas de cualquier combate.
Asterisco frunció el ceño, interesado.
—¿Qué habilidad puede ser esa?
Genshiro clavó su mirada en él.
—Muerte. Vi cómo el cuello de Gorrak se destruía al instante y caía al suelo… no es una habilidad normal.
Asterisco y Tetrick se pusieron más serios, intercambiando miradas de preocupación contenida.
Genshiro continuó, tajante:
—Si funcionó con Gorrak, puede funcionar con vosotros también. No le deis la oportunidad de usarla. Inmovilizadlo… o matadlo, da igual, pero no dejéis que la use.
Asterisco apretó los dientes mientras sus pensamientos se hacían visibles en su rostro:La habilidad “Muerte”… que destruyó elcuello de Gorrak como si nada… eso no es una habilidad cualquiera. Hay que tener mucho cuidado.
Tetrick soltó otro exhalo, esta vez más grave, dejando claro que estaba tomándose el asunto más en serio.
Genshiro los observó con su típica indiferencia.
—Pero no os apresuréis… —añadió—. No son jugadores normales. Son mucho más fuertes de lo que aparentan… así que id con cuidado.
Asterisco dejó escapar una risa arrogante, encogiéndose de hombros.
—Bah… no son nada comparados con nosotros.
La escena retomó donde lo habían dejado: frente a las seis Hienas Carnívoras, en los campos al sur de Skylander. Hiroshi, con su nueva armadura, avanzó hacia una de ellas… pero en vez de atacar, se quedó quieto y dejó que la hiena le golpeara con fuerza.
El zarpazo resonó en el aire… pero su HP no bajó ni un solo punto. Hiroshi miró la barra de vida, sorprendido.
—Wow… ¡realmente esto funciona! —dijo sonriendo—. Ni me ha rozado.
Hiroaki dio un paso adelante, levantando su Vara de Oricalco, y murmuró con voz firme:—Onda Astral.
El hechizo se desplegó en un estallido brutal de luz y oscuridad entrelazadas, una explosión mágica tan intensa que las seis hienas fueron arrasadas en segundos. Sus cuerpos explotaron de forma visceral, la sangre salpicó el terreno, y en el aire quedó un silencio tenso tras la carnicería.
Hiroshi abrió los ojos como platos, aún incrédulo.
—¡Wow, tío! Has matado a seis hienas… ¡con un solo hechizo!
Hiroaki bajó la vara lentamente, respirando hondo.
—Sí… pero lo más sorprendente es que no me siento débil por primera vez. Antes nousaba Onda Astral porque es un hechizo potentísimo… pero siempre me dejaba agotado. Ahora, con este poder mágico… es distinto.
Hiroshi asintió, sonriendo ampliamente.
—Ostras… ¡nos estamos volviendo muchísimo más fuertes! ¡Qué pasada!
En ese instante, una ventana emergente apareció:
[Has obtenido: 7.000XP][Has obtenido: 250 monedas de oro][Has obtenido: piel de hiena x3]
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¡Has subido al nivel 56!
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Parámetros actualizados – Hiroaki (Nivel 56)]HP: 6300 → 6500 (↑ +200)PM: 6400 → 6600 (↑ +200)Fuerza: 180 → 185 (↑ +5)Defensa: 1160 → 1190 (↑ +30)Poder Mágico (Ataque mágico): 3030 → 3130 (↑ +100)Defensa mágica: 1000 → 1050 (↑ +50)Agilidad: 280 → 285 (↑ +5)
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[Parámetros actualizados – Hiroshi (Nivel 56)]HP: 8900 → 9200 (↑ +300)PM: 2200 → 2300 (↑ +100)Fuerza: 1140 → 1180 (↑ +40)Defensa: 1750 → 1800 (↑ +50)Poder Mágico: 110 → 115 (↑ +5)Agilidad: 420 → 430 (↑ +10)
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Contentos, regresaron a Skylander. Laciudad estaba mucho más reconstruida que la última vez: ya había tiendas abiertas y se notaba vida por todas partes. La herrería aún estaba a medio construir, pero el ambiente era optimista.
Hiroaki señaló una tienda recién abierta.
—Eh, la tienda de objetos curativos está abierta. Voy a comprar un poco de éter, solo tenemos diez y no estaría mal reforzar eso.
Entró en la tienda y, tras reponer los éteres, algo le llamó la atención en el estante superior: cinco objetos muy raros. Se acercó y leyó la etiqueta:
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[Elixir Supremo]
[Descripción: Restablece todo el HP y el PM al máximo.][Coste: 18.000 monedas de oro]
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Hiroaki dudó solo un segundo… y los compró, usando parte de las monedas de oro que habían acumulado.
Al salir, se acercó a Hiroshi, levantando la bolsa con una sonrisa.
—Mira lo que he comprado.
Hiroshi la abrió y sacó uno de los frascos.
—¿Y esto qué es? —preguntó curioso.
Leyó la descripción y sus ojos se abrieron como platos.
—¡Guau, chaval! Esto nos va a venir de perlas…
Hiroaki asintió con seriedad.
—Sí, pero usémoslo con cabeza. Es un objeto extremadamente valioso… y gastarlo a la ligera puede ser peligroso.
Hiroshi guardó los frascos con cuidado justo cuando… un enorme portal oscuro se abrió de repente en mitad del cielo de Skylander.
De ese portal descendieron Asterisco y Tetrick, flotando con una energía intimidante. A diferencia de Gorrak, nomostraban intención de destruir la ciudad… aún.
Asterisco alzó la voz con arrogancia, su voz resonando por todo el lugar:
—¡Eh! Aquí hay un mago y un caballero… quiero hablar con vosotros un momento.
Hiroaki y Hiroshi se miraron al instante, tensos.
—Uy… —murmuró Hiroshi—. ¿No serán estos…?
Hiroaki asintió, su mirada clavada en los recién llegados.
—Sí… los lugartenientes de Kenshiro.
Ambos apretaron los puños… y decidieronacercarse.