Capítulo 34: Técnica III – Lanza del Vacío Forjado

El tercer tomo era diferente.

No tenía adornos ni sellos rúnicos.

Era una piedra negra, pesada… y grabada con un solo símbolo:

Vacío.

Su padre la colocó sobre la mesa del taller.

—Esta técnica fue desarrollada por un cultivador que vivía solo en el desierto —dijo—.

No tenía aliados.

No tenía maestros.

Solo su energía… y la arena.

Jin tocó el tomo.

Un escalofrío cruzó su espina.

—¿Cómo se llama?

Lanza del Vacío Forjado.

Su padre caminó alrededor de él mientras hablaba:

—Esta técnica permite condensar materia espiritual a distancia, armarla en segundos, y proyectarla como si fuera lanzada desde la mano de un dios.

—¿Qué la hace diferente a un simple ataque de Qi?

—Tiene alma.

Tiene forma.

Y lo más importante… tiene control total desde su creador.

El entrenamiento no era físico.

Era mental.

Jin debía visualizar su energía fluyendo a través del entorno, reconociendo patrones, líneas de tensión, campos de presión.

Luego, tenía que seleccionar un punto a más de 50 metros y construir una lanza etérea en el aire.

No invocar.

Construir.

Y después de construirla…

enviarla volando con la voluntad de un martillo.

Durante los primeros días, todas sus lanzas eran inestables.

Se desarmaban en el aire, o simplemente explotaban.

Qian lo observaba desde las sombras, anotando sus errores.

Su padre solo le dijo una cosa:

—No estás forjando una lanza.

Estás proyectando tu miedo.

Al octavo día, Jin comprendió algo.

No debía pensar en atacar.

Debía pensar en crear algo digno de existir.

Una lanza nacida del mismo metal de sus pensamientos.

Forjada en las líneas de viento y fuego que recorrían su núcleo.

Así que lo intentó una última vez.

“Técnica activada: Lanza del Vacío Forjado – Etapa Inicial.”

Su núcleo vibró.

La energía se expandió en círculos hacia el aire.

Y en un instante, una lanza de tres metros apareció flotando en el cielo.

Negra.

Con filos translúcidos.

Y una cadena invisible conectada directamente a su voluntad.

¡BOOM!

La lanza surcó el cielo, rompiendo una montaña de entrenamiento a 300 metros.

No explotó.

Se incrustó… con precisión milimétrica.

Jin se quedó de pie, jadeando.

—No es perfecta…

pero me escuchó.

Su padre lo miró desde la distancia, con los brazos cruzados.

—Tercer paso… completado.

Qian apareció a su lado, sonriendo como nunca.

—Tu lanza… voló como si ya supiera a quién matar.

En su diario, Jin escribió:

Técnica III: Dominada

Nombre: Lanza del Vacío Forjado

Aplicación: Ataque a distancia, control de campo, castigo preciso.

“Una lanza que responde al pensamiento…

no necesita ser empuñada.”