Capítulo 79: La Negligencia de un Alfa, El Encanto de una Pareja

Seguí a la doncella frenética por el pasillo, mi mente aún nublada con pensamientos de Seraphina. El sanador ya estaba atendiendo a Lilith cuando llegué a sus aposentos. Mis hermanos también estaban allí, sus rostros grabados con preocupación.

Lilith yacía pálida contra las almohadas de seda, su maquillaje habitualmente impecable manchado por las lágrimas. Se veía frágil, nada parecida a la mujer vibrante que normalmente captaba la atención.

—¿Qué pasó? —exigí, acercándome a la cama.

La sanadora, una mujer mayor con ojos penetrantes, levantó la mirada mientras revisaba el pulso de Lilith.

—¿Cuándo fue la última vez que alguno de ustedes pasó tiempo significativo con ella?

La pregunta me tomó por sorpresa. Intercambié miradas con mis hermanos, un giro de culpa apretándose en mi pecho cuando me di cuenta de que no podía recordarlo.

—Ha estado enferma —dijo Ronan a la defensiva—. Pensamos que necesitaba descansar.

La sanadora hizo un sonido de desaprobación.