Al dia siguente nos dirigiemos de nuevo al consejo silente. todos estabamos todavia hablando sobre lo sucedido el dia anterior. De repente se hizo un inquietante silencio que siguió a una explosión fue aún más aterrador que el rugido de la mismas. Las cámaras satelitales del Consejo quedaron momentáneamente ciegas, y cuando volvieron a funcionar, las imágenes mostraban algo imposible: el pueblo de Ortel, al norte de Rumania, estaba completamente restaurado.
Casas en pie. Calles limpias. Campos verdes.
Y personas caminando como si acabaran de despertar de un sueño profundo.
—Esto… esto no tiene sentido —murmuró Marcus mientras observaba la transmisión en vivo—. ¡Ese pueblo estaba consumido por la infección hace apenas 48 horas!
Elena frunció el ceño y amplió el zoom sobre un grupo de niños que jugaban cerca de un viejo pozo.
—¿Te das cuenta? No hay rastros de alteración genética. Los análisis térmicos indican pulso, presión normal, nada anómalo.
—Pero tampoco saben quiénes son —interrumpí, señalando los informes recién llegados—. Dicen llamarse por nombres comunes como "Ana", "Luc", "Petru"... pero no reconocen a sus propios familiares. Tienen rutinas humanas… pero no memorias humanas.
Los murmullos en la sala del Consejo aumentaron. Fue entonces cuando un general del Reino Unido, Sir Halbridge, se levantó de su asiento.
—Debemos asumir que esa gema gigante no solo revirtió la infección. También reinició la conciencia de todos los presentes. Es como si hubiesen sido "formateados".
Una científica japonesa, doctora Ayaka Nishikawa, intervino con una teoría:
—¿Y si la gema no revirtió la infección? ¿Y si lo que vemos es una simulación de humanidad impuesta sobre organismos ya transformados?
Todos se quedaron helados.
—Eso explicaría la falta de recuerdos —dije en voz baja, sintiendo una corriente de escalofrío por la espalda—. Tal vez… esas personas no son personas. Tal vez son… copias. Vestigios de lo que fueron.
En medio de la discusión, el satélite Centurion-5 emitió una señal de advertencia: otra gema, aún más grande, estaba reaccionando en una región del Amazonas brasileño… y estaba flotando lentamente hacia la superficie de un lago rodeado de niebla.
Un mensaje parpadeó en la pantalla:
> Actividad anómala detectada: coincidencia estructural con objeto recuperado en Corea del Norte – clasificación S2-Rojo.
Y entonces, todos nos miramos.
—Esto está ocurriendo en todo el mundo —dijo Elena con voz temblorosa—. No es una infección. Es… un patrón.
—Una red —añadió Marcus—. Una conciencia colectiva que se fragmenta en estos pueblos, y cada gema podría ser un nodo que la regula.
Justo entonces, una transmisión de voz irrumpió en la sala.
Era una mujer. Su tono era lento, como si viniera desde muy lejos.
De repente una extraña voz hizo eco.
—“Ellos no recuerdan porque no deben recordar. Aquello que duerme aún los observa. El despertar… se acerca.”
El silencio que siguió fue sepulcral.
Nadie sabía desde dónde se había emitido esa voz. Solo que no era humana.
Y que ya sabían que estábamos investigando...