Fue entonces cuando noté algo que se me había pasado por alto: la ropa de los habitantes de aquel pueblo restaurado no era actual. Sus prendas eran toscas, tejidas a mano, hechas con telas ásperas y desteñidas… como si hubieran sido sacadas de un museo o de otro siglo.
Mientras buscaba una explicación, un soldado se acercó corriendo. Estaba pálido, sudoroso, con los ojos muy abiertos como si hubiera visto un fantasma.
—¡Muy… muy buenas tardes, señor Jhon! Señor Marcus, señorita Elena —dijo entre jadeos—. Soy el cadete Martínez del batallón de Fuerzas Especiales Nacionales. Actualmente estoy asignado a la misión de observación del área restringida del pueblo.
— ¿Qué sucede, cadete? —le preguntó, inquieto.
Martínez tragó saliva antes de hablar.
—Uno de los habitantes… un hombre que se hace llamar Joseph… ha comenzado a recuperar la memoria. Dice… que recuerda su vida anterior. Según él, el año actual no es este… sino el 716 después de Cristo.
El silencio cayó como una pérdida sobre nosotros.
¿Estás seguro de lo que escuchas? —preguntó Marcus, con una mezcla de incredulidad y miedo en su voz.
—Completamente, señor —afirmó Martínez—. No solo eso. El sujeto habla en un dialecto arcaico. Parecía una mezcla entre latín vulgar y algún idioma antiguo. Además… su cuerpo tiene marcas. No tatuajes… sino símbolos antiguos, grabados en la piel como si hubieran nacido con él.
Elena abrió su portátil rápidamente, buscando registros similares. Yo tomé el informe que Martínez traía consigo. En él, Joseph relataba que recordaba haber vivido en ese pueblo cuando fue consumido por un “fuego celestial”, un castigo enviado por los “dioses de arriba”.
—Fuego celeste…? —murmuró Elena— ¿Una explosión? ¿O quizás… algo parecido a lo que ocurrió con la gema?
Marcus miró al resto del consejo a través de la transmisión global.
—Y si estos pueblos no son nuevos? ¿Y si no estamos ante simples brotes… sino ante ecos de civilizaciones antiguas que están siendo restauradas por estas gemas?
El presidente de Escocia, que hasta ahora había permanecido en silencio, se levantó lentamente de su asiento. Su voz era grave y temblorosa.
—Eso encajaría con lo que hemos visto en Crail. Algunos ancianos… han comenzado a tener sueños. Sueñan con una ciudad sumergida bajo el lago. Una ciudad antigua… y olvidada.
Todos nos quedamos en silencio.
Porque algo había cambiado.
Ya no estábamos simplemente investigando un brote.
Estábamos desenterrando las raíces de una historia que jamás tuvo salir a la luz....