Capitulo 32: la antigua ciudad perdida.

Capítulo: 32 La ciudad perdida de R'lyeh.

El día transcurrió entre preparativos y discusiones sobre la situación crítica. Estados Unidos se enfrentaba a oleadas de criaturas marinas en su costa oeste. Marcus compartía cada nuevo dato con tensión, mientras Elena no soltaba la carta del Consejo.

Fue entonces cuando recibí un mensaje cifrado en mi correo personal. No tenía remitente. Solo decía: "Archivos Vaticanos: Proyecto Lux - Clasificación N, Nivel Santo Inaccesible".

Descargué el archivo a escondidas. Era un escaneo de un viejo manuscrito del siglo XV, aparentemente transcrito por un monje llamado Fray Benedicto di Ferrara, en el que relataba una visión que tuvo mientras examinaba textos prohibidos dentro de una cámara subterránea del Vaticano. El documento tenía manchas oscuras, letras borrosas y símbolos que parecían moverse apenas los miraban.

> "En sueños he visto la ciudad que duerme bajo las aguas. No es de esta Tierra, y su geometría enferma al alma. Se le llama R'lyeh, y fue maldita por los cielos. Allí yace un ente que no es dios ni demonio, sino un pensamiento hecho carne, un error primigenio. Nadie debe pronunciar su nombre."

Marcus leyó por encima y me miró con los ojos abiertos de par en par.

—¿Esto es en serio, Jhon? El nombre R'lyeh… —dijo, con la voz quebrada—. ¡Ese es el mismo nombre que apareció en el análisis del mapa antiguo de Constable! ¿Recuerdas el punto en el Atlántico? Estaba alineado con la anomalía que descubrimos.

—Y si ese ente… ¿sigue ahí? —murmuró Elena—. ¿Y si no ha despertado del todo?

Guardamos silencio. El zumbido del aire acondicionado parecía más fuerte de lo normal. Afuera, la noche era opaca, pesada.

Entonces llegó una llamada.

Era el presidente Frédéric.

—Jhon… necesito que abras un enlace privado. Te enviaremos imágenes. Sentinel-9 acaba de captar algo más.

Lo hicimos. La pantalla mostró una imagen granulada del fondo marino. Una ciudad ciclista, hundida, cubierta por una cúpula orgánica, latía como si fuera algun tipo de corazón. En su centro... se distinguía una figura gigantesca. Estática. Dormida. Pero viva.

Un texto automático la acompañaba, generado por la IA del satélite:

"No es una formación geológica. El patrón sísmico concuerda con latidos biológicos. Energía psiónica detectada: ALTA."

Frédéric habló otra vez, en tono seco:

—Y hay algo más. Algunos científicos han comenzado a tener pesadillas con símbolos... triángulos imposibles, palabras que no pueden recordar al despertar. Uno de ellos escribió sin querer su sueño una sola palabra en una hoja:

> “cuando los planetas se alineen el despertara…”

Luego el mismo cayo en estado vegetal.

La línea se cortó. De fondo, antes de la desconexión, se oyó un grito apagado.

Nos quedamos mirando la pantalla.

La ciudad bajo el mar no era una simple anomalía.

Era un un ser de aspecto amorfico con tentaculos.

Y el mundo estaba empezando a oír el chirrido de ese ser.

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