No Preparada

Chloe se sentó en el borde de su cama, mirando sin expresión la ropa esparcida por toda su habitación. La puerta de su armario estaba completamente abierta, con perchas torcidas en diferentes direcciones. Vestidos, faldas, chaquetas y blusas estaban por todas partes: en su cama, en el suelo, incluso colgados sobre el respaldo de su silla.

Ya se había cambiado de atuendo cuatro veces.

Y ahora, mientras el reloj se acercaba a las siete, su corazón solo podía latir más rápido.

—¿Qué estoy haciendo? —murmuró en voz baja, pasando sus dedos por su cabello con frustración.

—¡Es solo una cena. Una normal. ¡Ni siquiera es una cita! —se regañó a sí misma.

Había asistido a cenas antes. Muchas de ellas. Algunas con importantes CEOs, sus hijos, y otras con organizadores de caridad. Había usado tacones y practicado sus sonrisas frente al espejo.

Sabía cómo hablar, cómo encantar, cómo asentir educadamente cuando alguien hablaba de su éxito.

Pero esto... era diferente.