Capítulo 10: El Profesor Trébol

La brisa matutina acariciaba los jardines de la Academia Mágica Suprema mientras los nuevos estudiantes se agrupaban frente al edificio principal. Ares, Liana y Agust se encontraban entre ellos, esperando con cierta expectativa el momento en que serían presentados a su mentor.

Un hombre alto, de cabello castaño oscuro recogido en una coleta, caminó con paso firme hacia el estrado improvisado en medio del campo de entrenamiento. Vestía una capa negra con bordes dorados, el emblema del Instituto Supremo brillando en su pecho. Su mirada era aguda, como si pudiera ver a través del alma de cada alumno.

—Mi nombre es Trébol —dijo con voz grave, pausada—. Seré el encargado del Grupo Cuatro, que estará conformado por ustedes tres: Agust, Liana… y Ares.

Agust sonrió con arrogancia, cruzando los brazos como si el destino mismo estuviera a su favor.

Trébol observó a cada uno detenidamente. Cuando su mirada se posó en Ares, se detuvo un segundo más. No dijo nada, pero su expresión se endureció apenas, casi imperceptible… aunque Ares lo notó.

—Tengo expectativas altas. Aquí no importa de dónde vienes, sino hasta dónde puedes llegar. Pero... —hizo una pausa, dirigiéndose inconscientemente hacia Ares— algunos tipos de magia requieren más que esfuerzo para ser útiles.

Ares apretó los puños. No era la primera vez que lo juzgaban por tener magia potenciadora. Sin embargo, algo dentro de él ardía, no su fuego azul, sino una determinación que no pensaba apagar.

—Mañana a primera hora comenzaremos el entrenamiento. No lleguen tarde —sentenció Trébol antes de darse la vuelta y marcharse.

Liana miró a Ares de reojo, preocupada. Agust soltó una risita desdeñosa.

—Genial. Un enano entre nosotros. Qué pérdida de tiempo…

Ares no respondió. Solo miró hacia el cielo, hacia lo más alto de la torre del Instituto Supremo. Allí donde algún día estaría… sin importar lo que pensaran de él.