el caso del relojero desaparecido

El inspector Thaddeus se recostó en su silla, mirando a Emily con una expresión seria. La luz de la lámpara de escritorio se reflejaba en sus ojos, haciéndolos parecer aún más penetrantes.

"El relojero se llama Henry Wilson", dijo, su voz baja y grave. "Era un hombre respetado en la comunidad, conocido por su habilidad para reparar relojes de alta precisión. Tenía un taller en la calle Cheapside, en el corazón de la ciudad". Mientras hablaba, sacó un reloj de bolsillo de su chaleco y lo abrió, revelando una foto de un hombre con una cara amable y ojos cálidos.

Emily se inclinó hacia adelante, su interés despertado. "¿Cuándo desapareció?", preguntó, su voz llena de curiosidad.

"Hace tres días", respondió el inspector Thaddeus. "Su esposa, la señora Wilson, vino a la comisaría para denunciar su desaparición. Dijo que Henry había salido de casa para ir a trabajar, pero nunca llegó al taller". Mientras hablaba, se levantó de su silla y se acercó a un mapa de la ciudad que colgaba de la pared. Señaló un punto en el mapa. "Aquí es donde se encontró su reloj de bolsillo, en un callejón cerca de la calle Cheapside".

Emily estudió el mapa, su mente trabajando a toda velocidad. "¿Hay alguna pista sobre lo que podría haberle pasado?", preguntó, su voz llena de determinación.

El inspector Thaddeus negó con la cabeza. "Nada concreto. La señora Wilson dijo que Henry había estado actuando de manera extraña en los días previos a su desaparición. Estaba nervioso y distraído, y había recibido varias cartas misteriosas". Mientras hablaba, sacó un sobre de su escritorio y se lo entregó a Emily. "Estas son las cartas que recibió Henry. Tal vez puedas encontrar algo que nosotros no hemos visto".

Emily tomó el sobre y examinó las cartas. Eran breves y no tenían firma, pero había algo en ellas que parecía... siniestro. La letra era temblorosa y desigual, y había una sensación de malestar en el aire.

"¿Qué cree que podría haber pasado?", preguntó Emily, mirando al inspector Thaddeus con una expresión seria.

El inspector Thaddeus se encogió de hombros. "No lo sé. Pero creo que podrías ser la persona adecuada para investigar este caso. Tienes una mente aguda y una buena dosis de instinto". Mientras hablaba, se inclinó hacia adelante y miró a Emily a los ojos. "Quiero que vayas al taller de Henry y hables con su esposa. Tal vez puedas encontrar algo que nosotros no hemos visto".

Emily asintió con la cabeza, sintiendo una sensación de emoción y desafío. "Sí, señor. Estoy lista para empezar". Mientras se levantaba de su silla, se sintió un poco nerviosa. ¿Qué encontraría en el taller de Henry? ¿Y qué había pasado con el relojero desaparecido?

El inspector Thaddeus sonrió y le entregó una nota con la dirección del taller. "Ten cuidado, Emily. No sabemos qué estamos tratando aquí". Mientras Emily salía de la comisaría, se sintió un poco sola y vulnerable. Pero también se sintió determinada a resolver el caso y encontrar al relojero desaparecido. Estaba lista para enfrentar cualquier desafío que se le presentara.

La niebla se cernía sobre la ciudad, haciéndola parecer un lugar misterioso y peligroso. Emily caminó rápidamente por las calles, su corazón latiendo con anticipación.