Capítulo 10: Apenas Respirando

La habitación giraba a su alrededor mientras Lily intentaba abrir los ojos. Yacía inmóvil en la cama, su piel húmeda de sudor. La fiebre ardía a través de ella como un incendio forestal, dejándola delirante.

Sus muñecas, aunque ahora libres, todavía palpitaban por la cadena que una vez las había atado. No recordaba haber sido desencadenada. No recordaba nada más que dolor.

Todo dolía. Su cabeza. Su pecho. Su corazón. Pero a través de la niebla, escuchó un suave llanto. Era una voz que conocía.

Martha estaba sentada junto a la cama de Lily, sus manos temblando mientras exprimía un paño húmedo en un cuenco. El rostro de Lily estaba sonrojado, su respiración superficial. El sudor empapaba su cabello. La fiebre se había apoderado rápidamente.

—Quédate conmigo, niña —susurró Martha, presionando el paño contra su frente.

Lily sintió una mano cálida apartando suavemente el cabello de su frente. Luego otra mano se deslizó en la suya, apretando con fuerza.