Capítulo 33: Sin Salida

Incluso con la máscara, ella sabía que era él. Podía sentirlo. Su cuerpo estaba tenso, su mandíbula apretada. Sus ojos fijos en el Alfa.

—Dije —gruñó Zayn— que la sueltes.

El Alfa se burló, sin moverse.

—Es mía por esta noche.

—No, no lo es.

—No veo tu marca en ella.

—Es mía —dijo Zayn fríamente, interponiéndose entre Lily y el Alfa.

El Alfa parpadeó, luego esbozó una sonrisa perezosa.

—¿Tuya? —se rió—. Pero acabas de llegar.

Zayn no pestañeó.

—Es mi esclava sexual personal.

Lily se quedó paralizada.

Las palabras la golpearon en el estómago. No podía moverse, apenas podía respirar.

El Alfa levantó una ceja.

—¡Oh, no seas tan egoísta! Deberíamos compartirla...

—No.

Esa única palabra llevaba tanto peso. Zayn lo fulminó con la mirada, obligando al otro Alfa a retroceder con una risa incómoda. Se apartó, con las manos levantadas en señal de rendición.

—Vámonos.

Ella no luchó contra él. Lo siguió, aturdida, con los ojos abiertos y vacíos.