La Mañana Después

Un destello de luz interrumpió el sueño de Otoño, mientras se agitaba ligeramente. Alguien debía haber abierto las persianas y dejado que el sol bailara.

Lentamente parpadeó hacia la consciencia, los restos de sueños febriles y el tacto de Kieran aferrándose a ella como hilos de seda que no podía sacudirse.

Su cuerpo aún dolía, sus extremidades pesadas... el calor la envolvía como seguridad.

Hasta que...

¡SPLASH!

Un cubo de agua helada se estrelló contra su piel y rostro... enviando algo como una descarga eléctrica de alto voltaje.

Jadeó, convulsionando por instinto, incorporándose con un grito ahogado.

—¿Qué... Qué demonios...?

¡TIRÓN!

La manta fue arrancada de su cuerpo con fuerza brutal, dejándola completamente expuesta. Tan desnuda como un bebé... como estaba.

Las manos de Otoño volaron para cubrirse, su corazón martilleando contra sus costillas mientras su visión se aclaraba.

Jadeos. Burlas. Risas.

Se quedó paralizada.

La habitación estaba llena.