~**(Tercera Persona)**~
El bosque estaba anormalmente silencioso.
No el tipo de silencio que sigue a la paz, sino el tipo que grita que algo acecha. Algo malo.
Draven se movía por la maleza con pasos afilados y silenciosos, sus ojos escudriñando el sombrío camino que tenía delante. El olor seguía siendo fuerte—agudo, metálico, rico en hierro.
Sangre.
Dennis estaba solo a unos pasos detrás de él, también olfateando el aire.
—¿Misma dirección? —preguntó Dennis en voz baja.
Draven asintió una vez, sin romper el ritmo. —Es fresca. Quizás de hace una hora.
Draven y Dennis iban conduciendo por la autopista cuando percibieron algo extraño y decidieron que era buena idea aparcar su coche a un lado de la carretera y adentrarse en el bosque para averiguar qué era.
Cuanto más se adentraban, más espeso se volvía el aire. La niebla se aferraba a las raíces y flotaba como un susurro bajo entre los árboles.