Sobre una Taza de Té de Flores

~**(Tercera Persona)**~

El balcón daba a los jardines traseros, velados por un baño de suave luz dorada del sol poniente.

Margareth estaba sentada allí, erguida e inmóvil, con una taza de porcelana de té de flores acunada entre sus palmas. El vapor se elevaba desde su superficie, pero ella no bebía.

Su mirada estaba distante, desenfocada—como si hubiera vagado a un lugar demasiado lejano para hacerla volver.

No oyó la puerta corredera abrirse detrás de ella.

No notó a sus hijas hasta que estuvieron casi a su lado.

Monique arqueó una ceja y miró a Mabel.

—Está perdida otra vez —susurró Mabel, cruzando los brazos.

Monique dio un paso adelante y extendió la mano, tocando el hombro de su madre.

Margareth se sobresaltó ligeramente. Sus ojos se dirigieron hacia ellas mientras colocaba lentamente su té en la mesa lateral.

—¿Cuándo llegaron, niñas?

—Justo ahora —dijo Monique, bajándose a una de las sillas de mimbre junto a ella—. Estabas mirando al viento otra vez.